Cada vez que
llega la temporada de verano, hay que volver al tema del ahorro de electricidad
con la intención de motivar a la población en las respectivas
instituciones y en los hogares a que contribuyan a evitar los derroches, que pueden
provocar nefastos apagones en medio de tanto calor.
Es
preferible apretarse en la utilización de la energía antes, antes que soportar
el retiro del servicio por determinados períodos de tiempo para tratar de
ajustar el sobreconsumo a los parámetros planificados para la provincia de Las Tunas.
Aunque la
batalla es general, el principal esfuerzo tiene que realizarse en los centros laborales
clasificados como grandes consumidores con la intención de aplicar acciones que
reduzcan los gastos.
En las
viviendas hace falta la cooperación estrecha entre los miembros de las familias
para optimizar el uso de los equipos electrodomésticos, esencialmente donde
existan varios medios, incluyendo algunos de elevados consumos. La convivencia
puede ser diversa por la misma conformación de los integrantes de las célula
básica, pero hay que acopiar voluntades para no usar tantos a la vez, especialmente
en el horario pico.
La temporada
reclama máxima cohesión familiar para ajustar decisiones y gustos en función de
obviar sobregiros, que también dañan a los bolsillos con altos pagos mensuales.
Hay que
comprender que ahorrar no significar afectar la diversión, sino de coordinar con
la pretensión de no irse excesivamente por encima de los promedios normales de
gastos. La persuasión constituye esencia en la comprensión del importante asunto,
que no siempre se ve con buenos ojos por
el segmento juvenil, pues ahí se concentra el deseo de divertirse a sus anchas
por largos períodos de tiempo, sin detenerse en la necesidad de ahorro. A veces
empatan los días.
Vuelve a ser
imprescindible la revisión de la utilización excesiva de luces en corraletas,
patios, terrazas y otros espacios dedicados a cuidar animales, aunque sea para
evitar robos. Igualmente sucede cuando permanecen lámparas y bombillas durante la
noche entera por determinadas razones de de protección de los recursos
familiares.
En los
barrios tiene que seguirse la atención a las bombillas del alumbrado público, pues
en ocasiones permanecen encendidas en horas del día, en señal de falta de
comprensión de los vecinos que no las apagan, sin entender que eso va contra
ellos mismos porque eleva los gastos generales.
Junto a las preocupaciones de las instituciones
encargadas de velar y exigir por el reforzamiento de las medidas de ahorro, el
pueblo debe comprender su pale esencial, en cualesquiera de los frentes
individuales, colectivos y familiares.
Sobre los
hombres de todos se levanta la responsabilidad de cooperar para que los niveles
de gastos se enmarquen con lo informado
a la Agencia Cubana de Noticias, por Anisley
Santiesteban Velázquez, director de la unidad empresarial de base Servicios
Comerciales de la Empresa Eléctrica, quien dijo que la provincia se encuentra en el plan de mil
897 megawatts - hora (MWh) asignados diariamente, situación favorable, pero que
exige constante seguimiento.
Las difíciles
condiciones económicas del país exige comprensión total sobre el asunto, lo
cual borra las posibilidades de acudir a las reservas nacionales para reponer los
sobreconsumos.
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