Mi
carrera universitaria la hice en Santiago de Cuba y como hace algún tiempo que
no voy por allá, siento tremenda nostalgia por no contemplar físicamente su nuevo
rostro, en el contexto del 26 de Julio, aniversario 500 de su fundación y el 62
del asalto al cuartel Moncada, por la Generación del Centenario, encabezada por
Fidel y Raúl.
Solo
las imágenes de la Televisión, los reportajes radiales y escritos y la magia de
internet, junto a las conversaciones telefónicas con amistades, me transportan
una y otra vez por sus lugares más encumbrados y que contemplé con agrado
durante mi estancia en la Universidad de Oriente.
Guardo
con orgulloso los recuerdos de tan fructífera etapa estudiantil, por lo que me alegra
cada reporte sobre las transformaciones de la Heroica Ciudad, que ni los
embates del huracán Sandy la
pudieron derrotan. Su gente se levantó fieramente con la colaboración de muchos
de dentro y fuera del país para devolverle un rostro más hermoso y placentero.
La
sabiduría y la consagración no han estado solamente en mejorar lo estropeado por
los vientos y la lluvia, sino en agregar cuantiosos elementos nuevos para ampliar
el bienestar socioeconómico de sus habitantes.
Cada
palmo de calle acoge a moradores y visitantes con el orgullo de seguir siendo rebelde,
amistosa y heroica.
En
una combinación perfecta entre historia, cultura, patrimonio e identidad, se
mueve la milenaria Villa, a la que siempre le podremos decir como
Fidel:
“ !Gracias Santiago!”
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