Cada
paso en el camino hacia el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos constituye un acontecimiento entre los tuneros, los cubanos y en
muchas partes del mundo.
El
anuncio esta semana de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas
en ambas capitales, el día 20, le subió la parada a la difusión mundial de
noticias.
Sabíamos
que este paso vendría, pues el presidente norteamericano Barack Obama está
dispuesto a seguir adelante en su tesis de accionar para acercar a los dos
pueblos, aunque hayan puntos esenciales del bloqueo que se mantienen intactos.
Realistamente
hay que pensar que los más de 50 años del férreo bloqueo de Estados Unidos
contra Cuba, no podrá derrumbarse de la noche a la mañana porque está
instituido en leyes y existen muchos intereses de poderosos norteamericanos por
el medio. Por lo tanto, se habla de una cuestión que genera una fuerte lucha
dentro de la membrecía influyente del Congreso.
La
mayoría de los cubanos, juiciosamente
comprendemos que es un proceso largo y complejo, pero que progresa en aspectos
fundamentales.
Suscribimos
las palabras de Raúl en su mensaje a Obama: “Cuba se inspira asimismo en los
principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el
Derecho Internacional, a saber, la igualdad soberana, el arreglo de las
controversias por medios pacíficos, abstenerse de recurrir a la amenaza o el
uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado,
la no intervención en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los
Estados, el fomento de relaciones de amistad entre las naciones basadas en el
respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y la cooperación en la
solución de los problemas internacionales y en el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos.”
Y en
ese rumbo, los cubanos sabemos que tenemos que caminar sin prisa, pero sin pausa,
como nos dice Raúl.
Seguimos
los pasos en la actualización del modelo social y económico del país, pues es
la plataforma para avanzar en el desarrollo integral de la nación.
Si
se suspende el bloqueo y se establecer relaciones normales entre ambos pueblos,
estaremos en mejores condiciones para construir el socialismo que deseamos y
podemos por decisión propia.
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