Como
todo buen cubano, he tenido que acudir una y otra vez a la Matemática con la
finalidad de saber las posibilidades de mi familia para disfrutar de las
opciones de la etapa de verano.
En
el intercambio con los miembros de la familia, llegamos a la conclusión de que con los salarios que entrarán a la casa
en los meses de julio y agosto y otros ahorritos podremos acogernos esencialmente a algunos
pasadías en la playa y la piscina más cercana
Quizás
podremos extendernos hacia otras ofertas, que se preparan en la provincia para
la etapa estival.
Sin
mucha holgura, se auguran viajes de los dos muchachones hacia provincias
vecinas a visitar amigos o en giras turísticas.
No
somos la excepción de las familias que viven del salario de sus miembros y
tienen que acopiar voluntades para decidirse por lo más imprescindible.
Hemos
tenido que revisar con agudeza los pronósticos presupuestarios para los gastos
de electricidad, agua, compras de alimentos y otros menesteres vitales en la
mencionada temporada, incluyen posibles visitas de amigos y familiares.
El
resto de la temporada se dedicará al aprovechamiento de los programas de la
Radio y la Televisión de Cuba, los vídeos, las series y otras diversiones en las
computadoras, la lectura, el parque, las instalaciones culturales y deportivas,
las visitadas a casas de amigos o familiares, el descanso hogareño o la
ejecución de tareas postergadas para la ocasión.
En
todas las circunstancias, mi familia tendrá opciones para el esparcimiento y la
recreación sana, como acostumbra.
Y
como nosotros, la población tunera con
mayores o menores márgenes económicos, tendrá posibilidades de escoger
variantes para disfrutar del tremendo ambiente veraniego con las múltiples opciones
que se proyectan, entre el 5 de julio y el 30 de agosto.
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