domingo, 21 de junio de 2015

Flores para papá


Este tercer  domingo de junio, Día de los Padres, me levanté bien temprano para preparar el viaje al cementerio de la ciudad de Las Tunas, donde reposan los restos de papá, que hace algunos años nos dejó físicamente.

Después de buscar el pan y realizan un suculento desayuno, recibí algunos saludos por la ocasión, tanto en la casa como por la vía telefónica.
Luego, recorrí mi cuidado jardín en buscar de flores. Conseguí varias especies y con diversos colores, aunque predomina el blanco. Logré conformar un bonito y abultado ramo.
Con cierta melancolía parto temprano para el camposanto, donde me encontraré con mis cuatro hermanos, todos varones, y con hijos y nietos.
 El que no ha procreado también lo considero padre por las enseñanzas y los afectos brindados a los hijastros, que manifiestan considerarlo así.
De antemano sé que en el sitio de reposo eterno de tuneros, encontraremos familiares y amigos, pues en Cuba esto forma parte de las bonitas tradiciones
No tendré que comprar flores en los alrededores del cementerio como han dispuesto las autoridades políticas y estatales para  facilidades de la población, conjuntamente con el refuerzo del transporte de pasajeros, desde varios puntos de la ciudad.
Después de cumplir con la honrosa misión familiar, que realizo con frecuencia en los últimos  años, los cinco nos dirigiremos hacia la casa del tercero para festejar por nosotros, junto a la vieja, Luisa, que coincidentemente hoy cumple 87 años.
Como el “viejo” nos aconsejó antes de partir, en el festejo conjunto de hoy lo tendremos presente con alegría como lo inculcó, por ser una de sus mayores virtudes, aunque estuviera en medio de adversidades.





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