Aunque
habla poco, Liduvina Barrero Rodríguez, últimamente
alude con frecuencia a su felicidad porque se le acabaron los sufrimientos por
el bajo voltaje.de la electricidad que llegaba a la casa.
Mi
compañera de trabajo, de mediana estatura y piel blanca, subraya que ahora podrá
darle mejor y mayor uso a sus equipos electrodomésticos, porque serán menores los
riegos por afectaciones.
Sonriente
expresa que como ella andan sus vecinos de la comunidad San José, barrio
periférico situado al este de la ciudad de Las Tunas, y que en los últimos años
ha poblado enormemente.
Similar
alegría manifiesta en los otros seis asentamientos que se les han cambiado las
tenderas por corriente normal de la red nacional.
En
los siete caseríos electrificados, pertenecientes a los municipios de Las Tunas,
Jesús Menéndez y Amancio, se benefician mil
328 viviendas con miles de moradores.
Cuatro
brigadas de linieros han intervenido en las transformaciones eléctricas de los
barrios, en los cuales han recibido el afecto y el apoyo de sus moradores.
Sigue adelante el
bienestar social, pues en lo que resta de año se concluirán otros 13 caseríos
del plan previsto en las inversiones de la provincia, incluidas en el programa nacional
de eliminación de las tendederas hasta el 2025. La tarea es colosal, pues la
corriente deficitaria llega a 20 mil 400 casas con más de 24 mil personas, en
los ocho municipios del territorio, en el oriente de Cuba
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