Aunque
al final la cámara fotográfica, me jugó una mala pasada por irse en el bolsillo
del hermano menor de nosotros cinco, hoy no puedo mostrarles gráficamente la
alegría familiar del domingo 21 de junio, por la celebración del 86 cumpleaños
de mi mamá Luisa García Rondón.
Lo
mejor de todo fue que a pesar de su edad, goza de buena salud y como siempre
dispuesta a cooperar en todo lo posible. Los regalos los recibió gustosamente.
Como
una campeona entre los suyos, la vieja no dejó de degustar cerdo asado en púa o
en fricasé, helado, refresco, bocadito y otras golosinas de las tradiciones en
Las Tunas.
Muy
alegré buscaba distintos acompañamientos para dejar constancia gráfica con
diversos grupos de sus descendientes. Así lo hizo independientemente con hijos,
nietos y bisnietos, amigos, vecinos y otros asistentes al jolgorio familiar.
No
faltaron las imágenes gráficas cerca del cerdo asado, el cake y otras escenas
de cumpleaños.
En
conjunto, fue una jornada de euforia por el onomástico, aunque en ocasiones
llegaron los recuerdos sobre el viejo, Crescencio Segura Rondón, fallecido hace
cuatro años.
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