domingo, 15 de junio de 2014

Andar entre regocijo y homenaje


El Día de los Padres es un domingo grande para mí, por los homenajes recibidos por la fecha, pero a la vez se mezcla con la tristeza, porque hace cuatro años de la desaparición física de mi progenitor.

El regocijo y las gratas impresiones se suceden por los saludos de familiares, compañeros de trabajo y amigos, que se apresurar para transmitir las felicitaciones,
Sin embargo, a media mañana dominical regresé del camposanto Vicente García González, donde reposan los restos de mi padre.
Como yo, cientos de hijos fuimos hasta allí al encuentro con los recuerdos frente a las tumbas, que guardan celosamente a nuestros seres queridos. Fue un día tan señalado para los cubanos, que no olvidamos..
Allí, mi ramo de flores fue parte del homenaje a un hombre, que siempre está presente en mis quehaceres.
Hablo de una jornada, que se inscribe entre las tradiciones hermosas, que los  cubanos celebramos desde 1936 y que tiene su origen en Estados Unidos.
Mientras unos festejan de diversas maneras, otros se desviven en los homenajes.
Hay quienes le echan manos a las musas para que la poesía se deslice sobre el manto de las celebraciones.   
En sí, se empina la grandeza de quienes consideramos nuestros héroes íntimos, aunque no tengan hazañas patriotas.-

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