Los
primeros días de la quincena de las vacaciones de mediados de año han
transcurrido con cierta extrañeza, por no siempre encajar con la delegación al
sustituto de las responsabilidades profesionales y administrativas habituales.
Aunque
es algo normal, a veces sin pensarlo me sorprendo mentalmente en medio de las
tareas cotidianas para andar acorde con las misiones encomendadas.
Tan
es así, aunque sea en tiempos de descanso, cuando ocurren cuestiones
extraordinarias siempre se suceden las consultas profesionales o el encargo de
tareas impostergables. Por suerte, hasta ahora no ha ocurrido nada de tal
envergadura.
Bueno,
he sorteado la etapa inicial con vistas a restaurantes, piscina, juego de
domino, recorrido por las calles y horas de sueños casi increíbles con mis
patrones de vida. También la lectura, la programación de la Radio y la
Televisión y las visitas a centros culturales y deportivos han ayudado al feliz
esparcimiento.
Encuentros
con familiares y amigos han contribuido a desconectar y a recordar momentos
agradables tanto dentro de la provincia como en otros territorios de la
geografía cubana.
Lamentablemente,
no he podido delegar las gestiones habituales para garantizar los recursos
elementales para una buena convivencia familiar.
Paralelamente
con eso, he ido saliendo de algunas tareas hogareñas y familiares postergadas para este
período.
Espero
que sigan sucediendo acontecimientos que ayuden a espantar el estrés y
propicien un adecuado descanso para llegar con nuevos bríos al periódico cuando
terminen las dos semanas de vacaciones programadas.
Por
ahí voy junto a mis familiares, que no cesan de proyectar ideas para que la
etapa estival transcurra con resultados beneficiosos para todos.
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