A juzgar por
mis vivencias sobre lo que escucho en el andar cotidiano y en comentarios en
familia, vecinos o amigos, los tuneros están bastante informados sobre la
aplicación de medidas para enfrentar la actual situación coyuntural del país
con espíritu de victoria y decisión de seguir derrotando las criminales e
injustas acciones del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Hacía ratos
que no oía masiva y espontáneamente por doquier, con tanta claridad y
convencimiento, sobre lo tanto que podemos hacer para respaldar decisiones
nacionales con el interés de salir lo más rápido posible de una complicada coyuntura
económica.
Muchos lo
dicen con sus argumentos o puede inferirse de los objetivos criterios que expresan libremente sobre el medular asunto
del momento, lo cual denota que la ciudadanía ha reforzado el interés por los
mensajes de los medios masivos de comunicación, y eso ayuda a que sea menor la
influencia de informaciones tergiversadas o mal intencionadas para confundir, que
pretenden despliegan personeros pagados por el imperio, tanto interno como
externo, como parte de las millonarias sumas de dinero destinadas a la
subversión contra el régimen cubano.
Con
facilidad aparecen aclaradores espontáneos de puntos de vista que no se
corresponden con determinados asuntos explicados por directivos nacionales,
provinciales o municipales, cuestión que evita distorsiones o incertidumbres,
aunque no dejan de aparecer individuos despistados, preocupados o pesimistas
ante la coyuntura actual.
Reiteradamente
afloran agradecimientos a los métodos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que
rescatan gustados procedimientos de Fidel, cuando acudía a los medios de
difusión, fundamentalmente a la
Televisión, para abordar las circunstancias más apremiantes, como el Período
Especial y momentos de agresiones yanquis de distintas envergaduras.
Por eso, la
población cataloga como decisivas las dos comparecencias del Presidente de la República
al frente del Consejo de Ministros, en septiembre en el programa televisivo Mesa Redonda, y el seguimiento en
reuniones centrales y recorridos por todas las provincias, como muestra
fehaciente de la preocupación por la situación y la estimulación a territorios,
directivos y la población en general para desplegarse con amplitud, unidad, visión
futura y cooperación intersectorial sobre lo tanto que significa rescatar
reservas laborales, aplicar iniciativas creadoras, ahorrar y acabar de
desaparecer la mentalidad localista para poder pensar y actuar como país.
Generalmente,
hay coincidencia sobre la necesidad de destacar innumerales gestos de
solidaridad que reaparecen como rescate de uno de los valores, que habían
descendido por diferentes razones.
Aparejado
con eso, surgen repulsas a individuos o grupos que sin escrúpulos acaparan,
revenden, violan derechos en colas o cobran por encima de lo establecido.
Igualmente refutan posiciones de funcionarios o trabajadores de servicios
públicos que siguen poniendo trabas, aplicando el peloteo u otras manifestaciones
de maltrato, que tanto irritan porque complican las habituales gestiones, sin
importarles las presentes complejidades.
En el debate
público fluyen sugerencias para que sea más parejo el aporte a la sociedad,
pues subsisten importantes cifras de ciudadanos que permanecen al margen del
esfuerzo común, pese a que continúan recibiendo los mismos servicios gratuitos
de Educación y Salud, y los demás beneficios que ofrece el Estado para todos.
Vuelve a
quedar claro, que un pueblo bien informado tiene importantes herramientas para
actuar en correspondencia con el momento histórico y evitar lo que interfiera
en la decisión de triunfar.
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