Aferrados al aislamiento social por las complejidades derivadas del combate
contra la Covid-19, hoy en Las Tunas, como en el resto de Cuba, extrañamos las concentraciones
en actos, matutinos, conversatorios, conferencias y otras manifestaciones en
homenaje a José Martí, por el aniversario 125 de su caída en combate en Dos Ríos,
oriental provincia de Granma.
Desde las actuales circunstancias, los tuneros buscamos
maneras individuales, familiares y en redes para recordar al más universal de
los cubanos, caído heroicamente en combate por la libertad de Cuba.
Sobran razones para no olvidar al Maestro, que como Fidel,
nos dejó un extenso legado, repartido por todas esferas de la vida, incluyendo correcciones
en el comportamiento social de la familia.
Los cambios de Las Tunas tienen raíces en las luchas
martianas por la dignidad y la libertad de los cubanos. Hoy permanece como elemento
viviente en la Plaza Martiana, ubicada en el centro de la capital provincial, y
que constituye uno de los distintos de la urbe para visitantes y moradores.
Los bustos erigidos a su8 memoria en distintos sitios de la
geografía tunera y el nombre asignado a la Organización de Pioneros, otras
estructuras de estudio, distintos centros laborales, sitios y programas muestran
los respectos aportes a la vigencia de la obra del Apóstol de Cuba.
Las diferencias de las conmemoraciones históricas no reducen
el merecido homenaje, incorporado permanentemente en la vida de los cubanos, aunque
los momentos más visibles sean las fechas del 28 de enero, nacimiento, y 19 de
mayo, caída.
Siempre a Martí se evoca en presente, pues va más allá de su
presencia física. Su grandeza es inmortal y trasciende a las fronteras de Cuba.
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