Enhorabuena, cada vez que voy se manifiesta la complacencia, pues la tranquilidad anida en contacto directo con la Naturaleza. En la hermosa complicidad parece adormecida en el agradable ambiente, que a su antojo despliega las bondades para el sano disfrute.
Todo transcurre a unos 40 kilómetros de la ciudad de Las Tunas, en un paraje distinguido por el canto de aves silvestres, las encantadoras sombras proyectadas desde los altos árboles y el susurro del agua que corre suavemente por el río.
Así, los atractivos desandan por doquier y captan a grandes y a chicos, que se abrazan al exuberante entorno del Campismo Popular Aguada de Vázquez, en Puerto Padre, sin deparar en el tiempo para atenuar las altas temperaturas de este verano.
Sumergidos en cada porción de belleza, los visitantes se dejan llevar por las diferentes áreas. El baño sigue empinado hasta tocar la cúspide en la tabla de ofertas, y cuando el chapuzón desciende en la curva de las motivaciones, entonces se llena el espacio con las oportunidades del área recreativa o de la sala de computación.
En el ir y venir de las personas se anda por los vericuetos del placer y de las resultantes de la fraternal emulación con los homólogos Playa Corella, Jesús Menéndez; Cerro de Caisimú y Los Pinos, Manatí; Río Jobabo, Jobabo; y Guayabal, Amancio, en las cuales toda la población tiene posibilidad de acceso.
Aunque presta servicios el año entero, sus 32 trabajadores lograron una buena remodelación para la temporada de verano.
Quedaron con mejor confort las 43 cabañas con capacidad para 146 personas, en modalidades para dos, cuatro o seis individuos. Sin anuncios, reflejan las transformaciones conceptuales y constructivas a través de las etapas del Campismo Popular
Carlos Alberto Pérez Reyes, director, entusiastamente dice: “Nos esmeramos en cada objeto reparado, especialmente en la adaptación para los niños de la parte más baja de la piscina central. Ha sido lo más novedoso en este verano. Ahora los padres pueden disfrutar mejor porque los muchachos tienen un área especial.
“El centro funciona con un colectivo que no depara en esfuerzos para brindar un buen servicio y complacer a los visitantes, que provienen reiterativamente de Las Tunas, Puerto Padre, Holguín, Camagüey y La Habana
“Trabajamos con la intención de aportar un millón 119 mil 500 pesos, de estos 61 mil en divisa, en el año.
“En el área recreativa se puede practicar baloncesto, voleibol, fútbol, balonmano y otros deportes; mientras, en la sala de juegos de mesa están pin pon, dominó, dama, parchís y otras variedades. Principalmente los jóvenes se divierten mucho en las 10 computadoras, que están a disposición de los clientes.”
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