Aunque
se conozca en detalles por qué Bayamo es la cuna de la Nacionalidad Cubana, cuando
se recorren sus calles a cada paso aparecen las sorpresas sobre las muestras de las raíces
históricas y culturales, que acuñan tal distingo.
Al
andan junto a su gente se escuchan o se aprecian constantes gestos de sencillez
y humildad, que engrandecen a los moradores de esta urbe del sur oriental del
país, capital de la provincia Granma que cuenta con 13 municipios.
Con
naturalidad los pueblerinos explican cualquier cuestión que se indague sobre
acontecimientos históricos o hechos actuales, que singularizan al territorio.
Casi
siempre te invitan a conocer el presente con su carga de ayer y de hoy, con
evidentes muestras en la famosa calle con cinco cuadras convertidas en bulevar,
un referente para muchas provincias de la nación por las iniciativas que
facilitan las gestiones habituales de los habitantes para resolver las
necesidades hogares.
Allí,
diariamente se mueven decenas de miles de visitantes y moradores, en una vía
peatonal que a sus lados poseen exposiciones de artes en salas de hogares,
museos, establecimientos comerciales, el edificio de la Emisora Provincial de
Radio y otros espacios dedicados a disímiles servicios.
En
mi reciente periplo vacacional por estos sitios, volví a deslumbrarme con
lugares emblemáticos como La Plaza del Himno, el museo de la casa natal de
Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria de Cuba; el Acuario, el Museo
de Cera, único en el país conformado por personalidades de la cultura y la
política que parecen vivos; la Cuadra de Familia, integrada por animales tallados
exquisitamente en maderas; las plazas de la Patria y la Revolución, el Teatro Bayamo y el museo Ñico López, antigua
fortaleza militar conocida como cuartel Carlos Manuel de Céspedes, asaltado
simultáneamente con el Moncada, en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953,
bajo la dirección de Fidel Castro.
Nuevamente
valoré la excelente distribución por los barrios de los Mercados Ideales, que
expenden una amplia gama de productos básicos para la población, en evitación
de los grandes recorridos en busca de un grupo de mercancías para el
desenvolvimiento habitual, así como las variadas tipologías de hogares para
mejorar a la población, en un bien llamado Polo de Viviendas, donde antes
existía un área baldía.
Excelencia
encontré en la atención a mi familia en el hotel La Calesa, constituido por
tres pisos de habitaciones con piscina y una variada oferta en el restaurante y
las cafeterías.
Aunque
fue mi tercera visita, seguí impresionado por las maravillas de la Flora, que
atesora el jardín botánico Cupaynicú, el
tercero de Cuba en importancia, después del nacional, en La Habana, y el de
Cienfuegos.
Este emporio botánico, ubicado en el municipio
de Guisa, contiene mil 800 especies de plantas distribuidas en 104 hectáreas,
según argumentos de Juan Ariel Quesada, guía del bien conservado sitio.
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