El
sueño, la piscina y la visita a centros turísticos sellaron mis vacaciones de
verano, aunque sin salir del querido terruño.
En
un ambiente familiar, tanto en la casa como en las visitas, colmaron mis 15
días de descanso, que sirvieron para darle espantar el estrés.
Así
puede concretar un necesario descanso en las labores habituales del centro
laboral, aunque no del todo porque tuve que orientar algunos temas para el
semanario y seguir diariamente el acontecer en las páginas web institucional y
personal.
Siguiendo
la tradición en Cuba, el verano funcionó como temporada para reencuentros
familiares y amistosos, pues las personas acostumbran a moverse por razones
íntimas o de otras índoles
En
la casa el juego de dominó ocupó buen espacio de tiempo, aunque levantó algunas
algarabías, que tradicionalmente matizan tal ambiente.
Aunque
no poseo la estadística exacta, creo que estuvo a mi favor la tabla
acumulativa, independientemente de que no tuve un compañero fijo en el dominó.
Un hermano y los dos hijos fungieron como pareja, indistintamente.
Ahora
de vuelta al trabajo, estoy en buenas condiciones para seguir desarrollando mis
funciones profesionales y directivas.
Con
la mente fresca, me entrego a la cotidianeidad con nuevos bríos y con el deseo de
un desempeño superior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario