jueves, 7 de agosto de 2014

Lindas vacaciones en familia


Aunque julio y agosto son los meses más calurosos en Cuba, conservan el distingo de ser los más íntimos para el reencuentro familiar.
Mi caso no es la excepción, pues estamos bien. La esposa en receso docente, al igual que el hijo menor que terminó el tercer año de Medicina, y el mayor que cogió vacaciones en su proyecto de telecomunicación en la Universidad de Ciencias Informáticas, en La Habana.
A ellos uní mis vacaciones en la primera quincena de agosto, que al parecer marcha velozmente.

En una conjugación de descanso, transcurre todo de una manera especial como generalmente sucede en nuestro hogar.
Unos a la computación, otros a los libros y a la televisión,  por lo general en rotación para encontrar lo más urgente o deseado.
Las visitas a centros recreativos siempre compensa, al igual que dedicarle mayor tiempo al sueño o al juego de dominó.
El Campeonato Nacional de Futsal, que se desarrolla cerca de la casa, en la Sala Polivalente acapara la atención, generalmente en las mañanas y las tardes, aunque el equipo local no punteé.
Los recorridos callejeros y las visitas postergadas suman momentos obligados y de asueto, entre familiares o amigos.
Algunas tareas hogareñas reservadas para la ocasión se incluyen en el tiempo libre, por eso la vivienda agradece la pintura y otros alegros necesarios para la conservación del inmueble  y hacer más amena la convivencia.
Recibir visitas de familiares y amigos, siempre impacta positivamente en el ambiente, en el cual los recuerdos o los nuevos relatos de la actualidad refrescan el panorama.
Así pasa el tiempo y ya empieza a surgir la añoranza por la velocidad con que se van los días. A las puertas está el 18 cuando retornaré al Periódico, el 23 cuando el chama mayor regresará  a trabajar en La Habana.
En los días siguientes la profesora comenzará a preparar el nuevo curso escolar en la Universidad de Ciencias Pedagógicas y el más pequeño esperará a septiembre para iniciar el cuarto año en Ciencias Médicas
Y las vacaciones pasan a una velocidad increíble, cuando se aprovechan bien en familiar y se complacen algunos deseos comunes, que en el resto del año se ven truncos.
Aunque en diciembre vuelve un pequeño encuentro, no es igual. Al menos en nuestro caso.
De todas maneras, la familia siempre está en contacto, aunque sea por teléfono con el casi habanero, que ahora anda una semana por Holguín, en compañía de su novia de dicha tierra.
Así van las cosas y haremos que los días que restan de las vacaciones se aprovechen al máximo con la tranquilidad que ofrece Cuba y el aporte de cada uno de los miembros. ¡Vamos bien y alegres!

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