jueves, 13 de diciembre de 2018

A favor de la unión familiar


Los festejos de fin y principio de años en Cuba fungen como una buena oportunidad para reforzar la cohesión familiar, que recibe amenazas con el despliegue de la agitada modernidad.
Actualmente en Las Tunas, el complejo proceso social ocasiona grietas en costumbres, gestiones y procedimientos de las células básicas, que anteriormente funcionaban con rígidos cánones, a fin de evitar desunión, violaciones de normas, decisiones, costumbres y convicciones.

Las constantes búsquedas de mejorías económicas, compromisos laborales, necesidades de estudios fuera de la localidad y otras razones inciden en divisiones temporales o definitivas, en detrimento del funcionamiento monolítico de las familias.
Tales realidades tienen mejorías con encuentros ocasionales o en determinadas circunstancias como las vacaciones de verano y los festejos de diciembre y enero, siguiendo tradiciones, posibilidades y costumbres.
De ahí que los jolgorios de la cercana coyuntura reaniman a los tuneros a reencuentros para compartir y divertirse. Fluyen las coordinaciones para conjugar intereses. Movimientos desde largas distancias se facilitan con el reforzamiento de la transportación de pasajeros por ómnibus desde la capital del país hasta las cabeceras provinciales de la región oriental y viceversa.
Desde hace días comenzó el acelerado proceso de búsquedas de mercancías vitales para la ocasión, acorde con intereses y probabilidades.
Las concreciones permiten aglutinar voluntades, recursos y compartir  responsabilidades en las gestiones para facilitar las compras. Los más precavidos tienen adelantadas las tareas.
En concordancia con informaciones de varios organismos abastecedores sobre el refuerzo en ofertas por estos días, teniendo en cuenta la elevación de las demandas de reglones decisivos, mantienen en alerta a los lugareños que no han completado lo previsto.
Las garantías de cerdo asado, congrí, ensaladas y bebidas para las tradicionales cenas concentran los esfuerzos, conjuntamente con el acopio de otros abastecimientos imprescindibles para las confecciones de comidas  y la ambientación en cada lugar.
Entre el ajetreo, salen a relucir definiciones de menú, platos, decoraciones de mesas o surtidos y distribuciones de funciones. Afloran las preferencias por vinos, licores y dulces caseros, o partidas de dominó para amenizar las festividades.
En ocasiones aparecen acuerdos familiares para realizar festejar rotativamente por casas diferentes en cada uno de los tres días, a fin de moverse de sitio y aprovechar mejor las disponibilidades conjuntas.
Las salidas a restaurantes, centros nocturnos, plazas, parques y otros sitios de diversión están en las opciones, incluidas las visitas a zonas con wifi para conectarse y conversar con allegados ausentes.
Al calor del ascenso en el ambiente festivo se impulsan acciones de engalanamiento, limpieza e higienización de ajuares, hogares, jardines, patios y alrededores, a la par del aseguramiento de la música y el alistamiento de espacios habitacionales para posibles alojamientos.
En cada caso, las particularidades están en el ruedo de las previsiones para pasarla con alegría o atenuar dolores y limitaciones, con la fuerza de la compenetración familiar que ofrece el momento.


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