Al mediodía
de hoy se conmemoran dos años del memorable paso por la provincia de Las Tunas de la caravana, que
transportaba las cenizas de Fidel en un armón militar, desde La Habana hasta
Santiago de Cuba.
Era el recorrido
adverso del que hizo la Caravana de la Libertad,
encabezada por Fidel, en los primeros días de enero de 1959, en festejo al
Triunfo de la Revolución.
De 1959 al
2016, los habían vivido un tiempo maravilloso al calor de las orientaciones y
presencia del Comandante en Jefe para construir una gigantesca obra a favor de
todos y de consolidación de la solidaridad internacional para ayudar a los más
desvalidos del mundo.
Toda esa
gloria vivida se agolpaba en la memoria de miles de tuneros, que se
concentraban en los laterales de la Carretera Central, desde el Río Jobabo, en la
división con Camagüey, hasta Cañada Honda, en los límites con Holguín.
Las más disímiles
maneras de expresar el profundo sentimiento por la desaparición física del
invito Comandante, se podían advertir a lo largo del trayecto. Unos lloraban,
otros portaban retratos, pensamientos del líder, consignas banderas y demás
atributos patrióticos, que reafirmaban la decisión de no dejar morir su legado.
En medio del
dolor parecía que la multitudinaria y alargada concentración con presencia de
toda la sociedad, no deparaba en los calientes rayos del Sol, pues no todos
salieron de casa con sombreros, gorras, sombrillas, pañoletas y otros atuendos
para guarecerse de las inclemencias del tiempo.
A dos años,
de la mayor manifestación de pueblo que se conozca en Las Tunas, palpitan los recuerdos en anécdotas narradas
a la manera de cada cual.
Hoy, de
diferentes formas patrióticas, se rememora el memorable acontecimiento con cargas
de emoción, fe en un país mejor y el compromiso de seguir siendo fieles al
pensamiento de Fidel.
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