Durante los
60 años de la Revolución han priorizado los procesos políticos, ideológicos,
educativos, cooperativos y de ayuda internacional a los pueblos más necesitados como basamentos fundamentales
de la solidaridad, teniendo como centro la atención a las personas.
Concepción y
práctica convergen en procederes individuales y colectivos con la intención de
que sea más llevadera la vida, frente a las múltiples complicaciones en las
imprescindibles y cotidianas gestiones de la población.
Lo más
visible del asunto tiene expresión en relaciones y atenciones interpersonales,
en distintos espacios y sectores. Mientras, lo global puede apreciarse en la
cooperación entre organismos para facilitar las misiones necesarias en distintos escalones de los
múltiples sectores.
En
recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba ha tenido incidencia en
el fortalecimiento de la unidad del pueblo para enfrentar adversidades y que
sean menores las molestias en los procederes de habituales del pueblo.
Cuando son
más complicados los tiempos, el espíritu solidario de los cubanos se engrandece
en todos los sentidos, tanto en aspectos estatales como particulares.
El pueblo de Las Tunas sabe aquilatar tales composturas humanitarias y las agradece de distintas
maneras, tales como gestos de choferes de vehículos estatales y privados que
adelantan a los que esperan en las paradas de ómnibus, con cobros normales de
pasajes o de forma gratuita. También reconocen a aquellos que priorizan o
protegen a adultos, minusválidos, enfermos y mujeres embarazadas en las vías, ómnibus,
tiendas, mercados y otros espacios de habituales servicios.
Sin embargo,
se suscitan cuantiosas críticas sobre individuos insensibles, que no recogen en
las paradas de ómnibus, donde no hay inspectores o agentes de la Policía, promueven manifestaciones de
indolencia, maltrato, desinterés y peloteo, sin importar las complejidades
económicas de la nación ocasionadas por la escasez de combustible por el asedio
de Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas, en franca demostración de
querer asfixiar al aguerrido y patriótico pueblo, que ha decidido resistir y construir
el socialismo con todos u para el bien de todos.
Desde el
punto de vista económico, la actual coyuntura favorece el ahorro de recurso y
la mejor utilización de lo disponible, ocasionado por el incremento de la
organización y la cohesión entre sectores, como en la transportación de
pasajero y mercancías, bajo la concepción de que ningún medio circule vacío o
con disponibilidad de capacidad.
En mentes y
comentarios de muchos aflora la preocupación porque cuando mejoren las
condiciones y retorne la normal en organización y funcionamiento de la
sociedad, vuelvan a perderse cuantiosos
gestos solidarios que ahora distingue a infinidades de personas para contribuir
a que sea más llevadera la vida. Tales inquietudes la experiencia de etapas anteriores
como los tiempos más crudos del Período Especial, pues muchas cosas que dieron
resultados en la década de 1990 se perdieron cuando la economía mejoró.
Como
respuestas a estos estados de opinión llegados al presidente cubano Miguel Díaz-Canel
Bermúdez, con reiteración plantea que muchas de las cuestiones puestas en
prácticas en este lapso de aprieto por la escasez de combustible deberán
mantenerse en el retorno a la normalidad, porque favorecen a la economía y a la
sociedad.
Evidentemente,
tanto en situaciones coyunturales como normales del país, está demostrado que
la solidaridad en todos los ámbitos nos hace mejores personas en función del
progreso de la nación y del bienestar de la ciudadnía.
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