Vicente
García y el entorno de su insigne plaza conservan el eco de una multitud
cargada de patriotismo y apegada a sus esencias.
El
Primero de Mayo le volvió a levantar la grandeza histórica al escenario, que
entre los acordes patrimoniales se alza
como un sitio venerado en Las Tunas.
Por
allí, aún retumban las vibrantes voces de más de 100 mil pobladores, que en
marcha unida y a coro gritaban consignas en reafirmación del Sí por la Patria,
el reclamo del fin del bloqueo estadounidense contra Cuba y el regreso de los
cinco compatriotas antiterroristas, injustamente retenidos en EE:UU:.
En
brazos del mar de pueblo bravío se deslizaba la convicción de preservar y
perfeccionar al socialismo.
La
soberanía desfiló a pies juntillas con los dignos continuadores de sus
antecesores, que reiteraban la decisión de reforzar la actualización del modelo
económico y social de la nación, bajo la certera guía de Fidel, Raúl y el
Partido.
La
felicidad pululaba en sonrisas de niños acompañando a sus familiares henchidos
de emoción, en la mezcla de edades, sexos, credos, razas, puestos laborales y
jubilados.
Tras
el cumplido compromiso de decir presente, se multiplicó la alegría al compás de
la música o las selectas bebidas y comidas diseminadas por el contorno.
El
rostro de los festejos por un día internacional, era la cara opuesta de muchas
partes del mundo, donde reinaban las protestas contra los recortes sociales y
los oprobios del capitalismo salvaje.
Junto
a la algarabía se cruzaban los saludos como el récord de producción de 13 mil
600 toneladas de acero en ACINOX y la fabricación de 126 mil toneladas de
azúcar.
El
brillo final en los escenarios llegó a ritmo de la consagración de los
trabajadores de Comunales, que se enfrentaron a los montones de desperdicios y
a fango ocasionado por la lluvia.
El
contagio popular trascendió al resto de los siete municipios. ¡Enhorabuena para
los tuneros!
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