Te
digo, que aunque muchos no quieran entender la decisión de la mayoría de los
cubanos de actualizar el modelo económico y social como garante del presente y
el futuro.
Quizás
no se comprenda con exactitud que lo emprendido perfecciona el rumbo trazado el
primero de enero de 1959 cuando la Revolución cubana triunfó y dejó atrás la
opresión sobre el pueblo.
No
se trata de una élite de gobernantes, sino de la voluntad de la inmensidad de
la población, convencida de que debemos mejorar en diversos aspectos de la vida
para continuar, pero hacerlo con soberanía y autenticidad.
No
escondemos las imperfecciones de la obra y por eso andamos sobre ellas para
transformarlas y obtener un proceso más acabado en beneficio de todos.
Por
eso, hemos decidido profundizar en las búsquedas para el progresivo incremento
de los resultados económicos, y en ese destino aumentar las exportaciones y
disminuir las importaciones.
No
es cuestión de capricho de que nuestra economía tiene que ser más fuerte para
que respaldar mejor al proceso transformador de la sociedad, que abarca todos
los ámbitos.
No
hay apuro ni desespero en la marcha, sino sistematicidad para consolidar
posiciones y ascender escalón por escalón.
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