Como
buenos cubanos, bastante entrenados en el enfrentamiento a fenómenos, así
ejercitamos en el Meteoro 2013, que se
realizó durante los días 18 y 19 de
mayo, previo a la temporada ciclónica concebida en Cuba del primero de junio al
30 de noviembre.
Nada
de jarana, pues en teoría y práctica se anduvo sobre las experiencias tuneras
en las intensas sequías y las terribles consecuencias de los huracanes Ike y
Palomas, que tocaron a esta provincia en el 2008.
Figúrese
si se bordeó la realidad, que Las Tunas atraviesa un largo período de sequía a
pesar de que transitamos por la temporada de primavera. Los daños son
cuantiosos, y como ejemplo podemos mencionar que los 33 embalses de Recursos
Hidráulicos solo almacenan 132 millones de metros cúbicos de agua para el 38
por ciento de la capacidad y que la cabecera del municipio de Jobabo está en
emergencia porque la presa abastecedora está en el nivel muerto.
En
mayo, segundo mes más lluvioso en Las Tunas, solo ha precipitado el 14 por
ciento de la media histórica, que es la más baja del país en la provincia más
seca de Cuba.
Bueno,
con tales pruebas de los desastres naturales en la región las estructuras de
dirección y mando de la Defensa Civil y la población no perdieron tiempo en imaginaciones,
sino que entrenaron sobre sus propias experiencias.
De
ahí de que sobraron motivaciones para laborar con eficiencia a fin de preparase
lo mejor posible frente cualquier evento meteorológico
.
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