Mis
amigos, aunque Cuba
Debe
saberse que el Estado Cubano exige cada vez más la aplicación real de la
concepción científica de que la mujer no es inferior al hombre, porque puede
desempeñar los mismos roles intelectuales y en la mayoría de los oficios de la
vida.
Pero
con el deseo estatal no basta, porque debe ser una toma de conciencia general
en la sociedad, pues perduran diferentes maneras de maltratos, que vienen como
herencias de etapas anteriores al primero de 1959, cuando triunfó la Revolución
dirigida por Fidel.
Te
digo, que adquirí mayor conciencia del asunto, entre concepciones teóricas y
demostraciones prácticas, durante la conferencia final del diplomado de Género
y Comunicación impartido a finales de esta semana, en Las Tunas, con el
auspicio de la Unión de Periodistas de Cuba.
Me
amplió el horizonte, la conferencia Violencia
simbólica y medios de comunicación, impartida por la doctora Isabel Moya
Richard, presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto
Internacional de Periodismo José Martí y directora general de la Editorial de
la Mujer.
Como
se amplificó, en verdad, en los últimos tiempos en Cuba, los medios de difusión
han trabajado más la cuestión, pero todavía se anda lejos de lo ideal,
esencialmente en el terreno de los audiovisuales, porque existe bantante influencia
de lo foráneo.
No
se trata de poner a la mujer en la misma balanza que el hombre, sino de
trabajar con mayor intencionalidad en la igual real.
En
los medios de difusión la lucha no se circunscribe al reflejo de los maltratos
sexuales, físicos y psicológicos, sino que debe avanzarse en la eliminación de
notas escuetas y esporádicas, con la aplicación de los diversos géneros a través de estrategias bien concebidas, en
las cuales aparezcan opiniones de especialistas, casos concretos de victimas,
la historia y otros elementos de la investigación periodística.
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