Como todos
los habitantes de la ciudad de Las Tunas, me alegra la casi terminación de la
inversión, que mejorará el abasto de agua a la población.
No importa
la posición social, color de la piel, orientación sexual, ateo o religioso para que se comprenda el
alto beneficio individual y colectivo, que representa la millonaria inversión para el mejoramiento
de las condiciones de viva del pueblo.
Eso
reconforta, y tiene relación directa con la constante preocupación del Estado
de la nación, pese a las limitaciones de la economía, relacionadas estrechamente
con el férreo bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba y la influencia de la
crisis económica mundial.
Hablo de una
obra de varios kilómetros de extensión y que eliminará más del 50 por ciento de
los salideros actuales del líquido por lo añejo de las redes internas de la urbe,
que actualmente sobrepasa los 100 mil
habitantes, y marca la mayor concentración urbana de la provincia, que agrupa a
más de medio millón de pobladores.
Significo que
abordo uno de los temas de conversación, presentes en el ámbito de los tuneros,
que laboran intensamente para cerrar el año con sustanciales resultados en las
diversas esferas de la sociedad.
Existe la
pretensión de terminar el 2013 con índices a la altura de la significación
histórica del Primero de Enero, aniversario 55 del triunfo de la Revolución, guiada por
Fidel Castro Ruz, el invencible líder cubano.
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