Las
adversidades cotidianas se guardaron en las mochilas de viajes y se sacaron los
trajes con las mejores pasiones para encontrar las vías pertinentes para los
mensajes más acordes con el movimiento de los tuneros en su accionar diario,
entre dificultades y metas para avanzar con mayor rapidez.
Me
encantó el pronunciamiento por la apropiación de métodos más investigativos
para encontrar los datos necesarios para cada trabajo con las opiniones de
autoridades y de la población para difundir los mensajes más esperados por los
lectores del semanario o los internautas de la página web institucional, las redes sociales y los blogs personales.
Es
comprensible, que el perfeccionamiento de la obra no es cuestión de una carrera
contra el tiempo, sino de algo que debe avanzar constantemente hacia etapas
superiores para que perdure y se aloje en las mentes como práctica cotidiana.
Sin
desconocer las individualidades que encabezan el trabajo posible y necesario,
el pronunciamiento general estuvo hacia la conquista de tal aspiración con
mayor superación profesional y el destierro de la autocensura y el facilismo.
No
se habló de nada imposible, sino de la concentración de mayores esfuerzos
individuales y colectivos para elevar la calidad del periodismo.
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