Ajustes al cinturón

Tal vez muchos incrédulos se asombren sobre cómo las aguas van cogiendo su nivel en la sustitución de importación de numerosos renglones de la economía, en bien de todos los cubanos, que marchamos a la par de la actuación del modelo que construye la nación..

Lógicamente no ha sido una tarea fácil, pues se necesita de mucho acopio de voluntad en el cambio de pensamiento y en el ajuste de la maquinaria financiera.

Funcionarios, trabajadores, campesinos y pueblo en general van dando un giro de noventa grados a la gestión, la producción y el consumo con el consabido ingrediente del ahorro tanto estatal como personal.

Aunque se dice fácil, han tenido que romperse viejos esquemas en las diversas estructuras de la sociedad con la inversión paralela en las distintas ramas proveedoras de los innumerables recursos, que estábamos acostumbrados a comprar en el exterior.

La obsolescencia tecnológica en las disímiles ramas ha sido uno de los mayores retos para ir enderezando la  industria, la maquinaria y el resto de los eslabones en los procesos productivos y de servicios.

Los ejemplos están a la vera del camino, y siguen siendo constantes campos de entrenamiento para ascender como se debe en la campaña para hacernos cada vez más independiente del mercado internacional y más empujadores de lo nuestro con calidad.

Precisamente calidad es una palabra de orden, pues en innumerables casos se anda lejos de los parámetros requeridos para lograr la satisfacción de lo que consumimos o usamos.

Arroz, frijol, útiles de aseo personal pudieran estar en la larga relación de suministros que acaparan largas listas de críticas por no acercarse a los niveles de la importaciones que estaban regularmente en los mercados mundiales.

Bien es sabido que de la noche a la mañana no se puede dar el salto completo, pues fue demasiada la dependencia del mercado internacional, incluso en líneas que Cuba era líder mundial como la fabricación de zapatos, azúcar y alcohol.

Vale aclarar que el país marcha en el camino de producir lo posible, porque lógicamente todo lo que necesitamos no puede hacerse aquí, y siempre hará falta un grupo de productos importados como ocurre en el mundo entero.