Desde el triunfo de la Revolución en
1959, el Estado ha puesto voluntad política para proteger a los niños, y eso
constituye un ejemplo para el mundo,
Por esa labor acumulada, Cuba es la vanguardia
en la prevención y protección de los niños en todos los sectores de la
sociedad, entre los que sobresalen la salud y la educación, de forma gratuita y
accesible para todos.
No hay ninguna vulneración de derechos,
pues existe un correcto cumplimiento de los mandatos establecidos para cuidar a
la niñez.
Los esfuerzos del país para garantizar
tal objetivo, a pesar de las limitaciones, al tiempo que contrasta la realidad
con otras partes del mundo, donde viven millones de niños, afectados por las
crisis alimentaria, ambiental y financiera, y las guerras, entre otros males.
En la Isla se cumplen los principios
rectores de la Convención de los Derechos del Niño, que incluyen la no
discriminación, la adhesión al interés superior del infante, el derecho a la
vida, a la supervivencia, al desarrollo y a la participación.
Por tales razones, hoy primero de junio,
Día Internacional de la Infancia, es bien diferente para los niños cubanos,
verdad que el Imperio del norte oculta, a pesar de que los indicadores sobre el
tema aparecen en informes anuales de organismos internacionales, nada
sospechosos de izquierdistas.
La Revolución ha creado
todo un cuerpo legislativo dedicado a garantizar la
supervivencia, desarrollo, protección y participación de la población más
joven. Así, existen los códigos de Familia, del Trabajo y de la Niñez y la
Juventud. También la Ley de la Maternidad con extraordinarias ventajas para la
madre.
En resumen, El Estado ha diseñado y realizado programas que
garantizan la protección y el feliz crecimiento de los infantes. No es una
cuestión aislada, sino que se integra al conjunto de acciones para la
transformación de la sociedad con todos y para el bien de todos.
Por eso, constantemente se hace realidad el concepto de que
nada es más importante que un niño.
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