martes, 26 de junio de 2012

El barrio le abre los brazos al verano


La comunidad constituye el escenario natural para desplegar las diversas manifestaciones de recreación sana para trabajadores y estudiantes en las vacaciones masivas de julio y agosto.
Allí se pueden mezclar coherentemente las actuaciones de talentos nacionales, provinciales, municipales y locales, en beneficio de los pobladores de las respectivas barriadas de la oriental provincia cubana de Las Tunas.

De tal manera que no haya que esperar por figuras establecidas o espectáculos de rango para mantener a los barrios en efervescencia.
Artistas, deportistas y tradiciones de cada lugar pueden dar brillo dentro de familiares, vecinos y amigos, independientemente de las habituales programaciones desde la provincia o el municipio.
La coordinación entre las instituciones tiene una labor primordial, pues la programación de las actividades tiene un papel descollante.
Las plazas y demás lugares de mayores convocatorias de público no tienen que perder la esencia, pero tampoco deben acapararlo todo.
Los  ciudadanos que no tienen pretensiones de viajar a otras provincias y pasarla en grande en centros turísticos serán los primeros agradecidos de una planificación  coherente y con mayor distribución posible por los barrios.
En esto no existe receta para cada locación, pues la población desea que en las comunidades existan opciones para recrearse, sin tener que sufrir mucho atropello en el bolsillo y en la transportación.
Las experiencias de años anteriores marcan un rumbo a favor de las fundamentales acciones para aprovechar al máximo la existencia en cada localidad, que pueda ponerse en función del esparcimiento colectivo en el verano.
Escuelas, salas de vídeo, clubes de computación, casas de cultura, museos, círculos socio-culturales, centros gastronómicos, parques, piscinas, playas, ríos, instalaciones de campismo popular, áreas de juego y demás escenarios con atractivos para las masas, conforman  la delantera de los proyectos del Gobierno, en estrecha coordinación con los consejos populares y las instituciones estatales y cooperativas de cada comarca.
Hace años que muchas personas, principalmente mayores, se van apartando de los tumultos en la transportación para trasladarse hacia las playas del norte, y cuando no pueden convoyarse en viajes de empresas o familiares, se acogen a las ofertas de piscinas, ríos y unidades del Campismo Popular, que al propio tiempo van mejorando en confort y abastecimiento.

Sin dudas, hay que realizar mucho acopio de voluntad para alinear las potencialidades y posibilidades de cada localidad en interés de la etapa estival.
Cada vez más se eleva la necesidad de esta práctica veraniega, teniendo en cuenta las realidades y los reajustes de la economía nacional, que tocan a todos de una manera u otra.
Nadie debe desaprovechar las opciones, junto al aporte individual en disciplina y comprensión de los esfuerzos estatales en medio de las limitaciones económicas, para contribuir a la tranquilidad y al disfrute pleno de la ciudadanía, en un ambiente natural, organizado y lleno de identidad.

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