La aceptación
de la reciente campaña publicitaria sobre el destaque en cintas y lazos de color
amarillo constituye una demostración de audacia y patriotismo para reforzar la
lucha por la liberación de los antiterroristas cubanos, detenidos injustamente
en los Estados Unidos.
Prendió
como fuego, la convocatoria del Héroe de la República de Cuba, René González,
que intencionadamente escogió a un símbolo norteamericano para levantar la
opinión pública de dicho pueblo a favor del excarcelamiento de nuestros
hermanos.
No hubo que esperar la fecha señalada del día12,
aniversario 15 de las injustas condenas, para dar una contundente respuesta popular
al empeño general de amplificar el simbolismo.
De
ahí, que en el transcurso de una semana sea común en Las Tunas el ondeo de
banderolas amarillas en avenidas o que mujeres hayan rebuscado en los armarios
prendas de vestir para confeccionar lazos y cintas, que se incorporan a los
adornos en viviendas y centros laborales.
Las
iniciativas se reflejan en vestimentas, actos, lugares visibles de carros,
portafolios, ramos de flores y otras maneras de la sociedad.
Puede
aparecer en palmas, árboles, salones reuniones, murales, caricaturas, adornos
florales y en otras muestras, que distinguen el quehacer cotidiano.
El
color trasciende el gesto patriótico y se suma a cuestiones habituales como la
galantea del girasol y otras flores, las señales del tránsito, determinadas
páginas del Directorio Telefónico, fachadas de viviendas, el uniforme de los
inspectores de transporte que ayudan al traslado de la población y el aceite de
cocinar.
Deja
de ser algo peyorativo para algunos y refuerza el semblante del margo, la
calabaza, la fruta bomba y el mamey de Santo Domingo, la guayaba y el plátano.
Hace menos aislado el plumaje, la pelambre y los ojos de ciertos animales o
sigue inmortalizando la yema del huevo.
El
momento acuña el gusto de las féminas por
el color en una amplia gama de sus ajuares, que en ocasiones se traslada a prendas
de los hombres; incluso lucen bien las
parejas que se combinan las vestimentas
para andar a la moda.
Es
tal la aceptación popular, que probablemente ayude a buscar en Cuba otro
apelativo para tildar a las personas consideradas cobardes ante determinadas
circunstancias de la vida.
En
sí, a partir de la extensión del gesto patriótico, la creatividad se ha
desatado a favor del quehacer ciudadano, y ha modificado algunos patrones de
gusto.
Enhorabuena,
se despliega el color amarillo en la población, habituada a fuertes cargas
emocionales, en beneficio de la realización personal y de las misiones
sociales.
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