domingo, 27 de octubre de 2013

Hermosura en una tradición


Como se sabe,  cada pueblo o nación posee hermosas tradiciones, que forman parte de la identidad o el distingo.
En el caso de los cubanos existen diversas, que responden a innumerables cuestiones, entre ellas se distingue la que cada 28 de octubre vamos a ríos, mares, presas y otros espacios acuíferos a depositar flores al querido comandante Camilo Cienfuegos Gorriaran por la desaparición física, en trágico accidente aéreo, en la tarde nubosa de 1959, luego de cumplir una misión patriótica de la Revolución triunfante.

Estudiantes,  trabajadores y el pueblo en general, de manera voluntaria vamos a espacios con agua a tirar flores, porque se dice que el avión en que viajaba el destacado guerrillero cayó en el mar con la escasa tripulación a bordo.
Cada año nos encontramos en dichos lares para materializar  tan hermoso gesto patriótico, en honor a uno de los líderes de la Revolución, guiada por Fidel.
Con la tradición se recuerda al hombre de la sonrisa amplia, el sombrero alón, al hombre de pueblo y al combatiente distinguido en diversas batallas y en la dirección de una columna del Ejército Rebelde de Oriente a Las Villas, en la etapa decisiva de la guerra para multiplicar los frentes de combate contra la dictadura de Fulgencio Batista, que finalmente fue derrocada el primero de enero de 1959.
Solo pudo ver la obra de la Revolución en los primeros 10 meses, por lo que imaginamos que sería un hombre feliz si viviera en Cuba a 55 años de transformaciones patrióticas en beneficio de todos. 

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