Los que
concurrimos habitualmente a la feria comercial dominical en la ciudad de LasTunas, escuchamos o compartimos diversos comentarios a favor o en contra de la
prolongación de la misma.
Generalmente
se reconoce el mérito histórico de la iniciativa, puesta en práctica desde hace
años por la escasez extrema de los renglones agrícolas, y que a muchos les
sirvió para garantizar los fundamentales abastecimientos alimentarios de las
semanas, aunque a los frecuentadores les implicó levantarse por las madrugadas y
determinadas molestias en las tortuosas colas para adquirir mercancías deficitarias
como refrescos, galletas y cárnicos.
Mayoritariamente
se reconocen los progresivos resultados de las presentes medidas en la
localidad para avanzar sólidamente en producción, contratación, comercialización
y distribución de los renglones agrícolas, lo cual crea posibilidades para extinguir
la feria y escalar hacia una etapa superior con el regular suministro semanal a
mercados y placitas estatales.
Altas cifras
de los criterios que he escuchado elogian la creciente mejoría en las ofertas
de viandas, hortalizas y frutas con calidad y diversidad, y de tal manera se les
cortan las alas a los acaparadores para revender con elevados precios tanto
dentro como fuera del territorio.
Los comentarios
entre tuneros han alcanzado mayor fuerza por lo visto en los trabajos periodísticos
difundidos últimamente por la televisión nacional, en los cuales se reiteraron
satisfacciones de los habitantes de provincias vecinas por los abundantes y
estables suministros durante la semana, con la lógica abolición de las ferias,
que han pasado de moda, sin borrarles sus méritos.
Quienes
coincidimos con estas opiniones, consideramos que los cárnicos pudieran seguir
comercializándose en las carnicerías de los actuales cinco mercados de la feria
dominical, y si es factible extenderse a los puntos que funcionaron en momentos de favorables
existencias de cerdos, aunque haya que hacerlo en días alternos.
Parecidos
mecanismos pudieran aplicarse al expendio de los restantes renglones
incorporados a la feria comercial, pues en ella regularmente no alcanzan para
todos los que los buscan.
En este embrión
del andar con ambiente de mejoras en las ofertas del agro, comienzan a
apreciarse síntomas de la posibilidad de alcanzar la prosperidad y la sostenibilidad
alimentaria que sonamos y nos hemos propuesto en la construcción de la nueva
sociedad con la presencia de bajos precios, en beneficio de la convivencia de todos.
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