Cuba no se doblega

Pareciera que las sucesivas administraciones de Estados Unidos consideran que engrandecen el poderío imperial con las constantes amenazas a los pueblos que han escogido libremente su destino político.

Cuba, que tranquilamente construye su soberano destino, tiene que permanecen atentas a las locuras que diariamente esboza la potencia más poderosa del mundo para mantener las férreas medidas para enfrentar la furia de la bestia salvaje.

Aunque los mismos representantes imperiales han recocido que a más de 60 años de duro e injusto bloqueo no han podido doblegar al noble pueblo antillano, que paso a paso da muestras de decisión firme y valiente para no dejarse aplastar por la bota imperial.

En la desesperada carrera, cargada de amenazas, odios y mentiras, ahora vuelve a la Ley Helms-Burton para recrudecer la situación con la apelación al título III, que permite que personas jurídicas y naturales norteamericanas puedan reclamar propiedades que fueron nacionalizadas por el Gobierno de Cuba hace más de medio siglo, sin ajustarse a las condiciones ofrecidas por la Mayor de las Antillas, y que no aceptaron unilateralmente.

Aunque legal y jurídicamente saben que Cuba no aceptará, remueven la cuestión como pretensión de limitar o detener el paso delante de las inversiones extranjeras, como mecanismo de defensa cubano para seguir adelante con su justo proyecto social.

Como era de esperar, el Gobierno antillano ha declarado que tal procedimiento no tiene basamento legal y por tanto seguirá adelante con sus planes, con el ofrecimiento de garantías a los extranjeros que decidan invertir en las diferentes ramas previstas.

La nueva patraña para endurecer el bloqueo contra la Mayor de las Antillas han tenido su desenmascaramiento por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en una contundente y justa declaración, este martes.

Ante tan peligrosa artimaña imperial, Cuba se fortalece con las medidas que viene implementando para robustecer la economía y estar en mejores condiciones para hacerle frente a las amenazas con el noble principio de triunfar y seguir adelante.