Puede que compartas estos sentimientos, pues aunque en mi pareja con Sonia Peña Valdés el amor siempre está presente, este lunes se consolida por ser 14 de Febrero, Día de los Enamorados.
Bueno, eso permanece en detalles imprescindibles en una pareja como besos, abrazos, cogerse de las manos, respeto mutuo y compartir deberes y quehaceres en el hogar y otros escenarios.
Conmino a entender que los vuelos de afinidad se multiplican en cada instante de ternura y esperanza, donde no puede faltar la presencia de los dos hijos: Rainer y Reinier, el primero en quinto año de ingeniería en informática, y el segundo en el año de Servicio Militar Activo, ambos en Ciudad de La Habana, capital de Cuba a unos 670 kilómetros al oeste de la casa.
Sin mentiritas, cada acción o compenetración está antecedida por la convicción del cuidado para tratar de que nada marchite los pétalos de la rosa de nuestro jardín de más de 30 años de buen llevado matrimonio.
Creerlo o no, después del beso matinal y la rosa mañanera, vinieron el traslado el trabajo cotidiano, y después de regreso, están un almuerzo con mucho apasionamiento y como conclusión de la jornada, una cena en un restaurante de lujo de la última década.
Como se sabe, este Día es de concreción del acople entre dos que se quieren, aman y luchan porque perdure. En tal grupo andamos nosotros, a pesar de los apremios y de las búsquedas para vivir mejor.
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