Coincido con
los colegas que consideran que los periodistas cubanos debemos prepararnos mejor dentro de nuestras propias realidades
para ser más objetivos y realistas en la factura de los trabajos que difundidos
por los diferentes medios de comunicación.
Estos
criterios recogidos en las asambleas de base, previas al IX Congreso de la
Unión de Periodistas de Cuba, buscan despertar
el interés profesional para que los materiales periodísticos sean más
abarcadores e integrales a fin de no dejar grietas para falsas interpretaciones
en la población y en especial dentro de los opositores a la causa que
defendemos con vehemencia.
Claridad y transparencia, sin inventos ni
subjetividad, pues sobran ejemplos para demostrar la grandeza de la obra
cubana, sin dejar de comprender que está en constante perfeccionamiento porque
no está acabada, y detrás de ella se mantiene la permanente vigilancia de los
enemigos internos y foráneos, que no reconocen los éxitos y agigantar las
ineficiencias con la intención de desacreditarnos.
No estamos
para ocultar nuestros errores ni exaltar demasiado los logros. Hay quienes
pretenden minimizar las victorias del proceso cubano, con destaque en la salud,
la educación, la seguridad social y la tranquilidad ciudadana.
Los propios Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso partidista,
se hace eco de lo tanto que debe transformarse en las diferentes esferas para
estar en correspondencia con la actualización de nuestro modelo nacional. Y en
eso reta a la prensa para desplegar una labor más consecuente.
A los
profesionales de la prensa, en sus respectivos radios de acción, nos corresponde despojarnos de todo lo que
conspire contra el cumplimiento social del mandado del Partido y de la sociedad
en los nuevos tiempos.
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