En
mi casa como en la mayoría de la oriental provincia cubana de Las Tunas, se festejó el Nuevo Año con múltiples
maneras.
Lo
primero fue la variedad de platos y bebidas para los días de fin e inicio de
años, lo cual demuestra que nos vamos adentrando en mejores etapas del
desarrollo integral de Cuba.
Festejamos
con alegría y ahora nos disponemos a enfrentar los retos del 2015, que siguen
siendo elevados, para poder responder más adecuadamente a las transformaciones de
la nación.
Complace que el plan de la economía del
presente año para la provincia ascienda a 1537,7 millones de pesos, que
representan un crecimiento del 4,2 por ciento en relación con el 2014, cuando
se cumplió al 102 por ciento.
Alegra
que junto a eso se haya asignado un presupuesto de 787 millones 100 mil pesos,
que contemplan todos los servicios básicos con mayores partidas para Educación,
Salud y Seguridad Social. El monto total significa un aumento del 5,5 por
ciento en comparación con el 2014.
No
tendremos descanso en la creación de bienes y servicios vitales para impulsar el
desarrollo integral y particular, que tanto necesitamos para avanzar en bien de
todos.
Estamos
retados por la calidad en los crecimientos de las producciones industriales y
agropecuarias, que encabezan las metas concebidas, tanto para el consumo
interno como para la exportación y la sustitución de importaciones del país.
Aunque lo bien hecho es un compromiso en todos los frentes.
Una
mirada a lo interior de los planes generales permite apreciar que vamos
recuperando las asignaciones para ascender por la cuesta de la economía con
mayor eficiencia e integralidad.
Todos
estamos convocados para que contribuyamos a ser mayores y mejores creadores en
lo que hace falta para avanzar paulatinamente en nuestras mejorías económicas y
sociales.
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