Nuevamente
volví a desandar por los caminos de la consagración y la superación constante
para seguir buscando una posición adecuada a fin de ser más útil a la
profesión.
Este
jueves anduve por senderos de la estimulación al trabajo, que es igual a trazar
nuevos compromisos para madurar en la labor periodística. Por eso, el Premio a
la Obra de la Vida Rossano Zamora Paadín, en el 2015, me conmina a mirarme por
dentro para seguir puliendo el quehacer cotidiano y avanzar con pasos más
firmes.
Frente
a compañeros y amigos me sentí comprometido a seguir esforzándome para terminar
la vida útil con decoro.
El
reconocimiento otorgado por la delegación provincial de la Unión de Periodistas
de Cuba y entregado por Ariel Santana Santiesteban, miembro del Comité Central
y primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Las Tunas,
me comprometió más a consagrarme profesionalmente.
No
es fácil remontar día a día 39 años de quehacer cotidiano, entre los que se
encuentran los 27 como director del periódico provincial 26, que hace 15 años le
nació la versión digital para amplificar la verdad de Cuba por el mundo.
Más
que a mí, el colectivo del periódico fue el reconocido, pues a él le debo la
mayor parte de la obra y del crecimiento profesional y humano.
Tantos
desvelos para intentar ser lo más justo posible en cada decisión profesional,
se agolparon hoy en mi pensamiento y me retaron a hondar en lo mejor del
periodismo para cumplir con la frase martiana: “Explicar en la paz y en la
lucha, fortalecer y aconsejar”.
Como
fiel seguidor del ideario de Martí, encamino mis pasos y la pluma en busca de
seguir difundiendo la obra de los
cubanos, en general, y los tuneros, en particular.
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