Cuando
concluye el período de vacaciones y llega el necesario regreso al puesto laboral,
se siente la distracción, pero hay que volver a las rutinas productivas en cualquiera
de las variantes laborales.
Mi
caso es uno de los tantos que lo marcan los atractivos, pero las
responsabilidades les dictan el imprescindible retorno con la ineludible
encomienda de entrar en caja rápidamente.
La
etapa fue adecuada para tirarle la toalla al estrés y elevar las condiciones
para un retorno feliz, en medio de tantas tareas que vuelvan al ruedo.
La
primera parte del descanso lo dediqué a revolver tareas hogareñas postergadas
por varias razones; mientras, la segunda fue de mayor novedad por encontrarme con mi familia en un plan vacacional en la ciudad de Bayamo, capital de la provincia de Granma, con un variado programa de visitas
instructivas y.recreativas.
Con
gusto volvimos a recorrer lugares emblemáticos de la Ciudad Monumento Nacional y
Crisol de la Cubanía, como resultado de la confluencia de tantos méritos
patrióticos, históricos y culturales de trascendencia a nivel de país.
Nuevamente nos impactaron el Museo de Cera, que se cambió de local para buscar mayor
espacio para el progresivo incremento de figuras nacionales y provinciales con
relevancia en la cultura, el deporte y la identidad de la nación.
Las motivaciones incluyeron encuentros en lugares campestres de relevancia, visitas a la Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, el museo Ñico López, que otrora fuera el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, uno
de los dos atacados el 26 de Julio de 1953 por la Generación del Centenario,
encabezada por Fidel; plazas, calles y parques que vibran de patriotismo a
través del proceso revolucionario cubano que trasciende desde el inició de la Guerra
Grande que empezó por estos contornos en el ingenio de La Demajagua, el 10 de octubre de
1868.
La
limpieza y el confort de la ciudad con distingo en el comercio, la gastronomía,
la cultura y la confraternidad de su gente, en espacios abiertos y cerrados
para nativos y visitantes.
.En
cualquiera de sus variantes novedosas y tradicionales Bayamo sigue brillando
para mejorías del desarrollo integral, sus habitantes y mostrarla a quienes la
visitan.
El
impacto social y económico del terruño puede encontrarse en cualquier esquina o
conversación a la azar con el pueblo a pie, en vehículos o instalaciones que se
distingue por el remozamiento con buen gusto y funcionalidad.
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