lunes, 1 de agosto de 2016

Vacaciones a medias

Aunque formalmente en la primera quincena de agosto estoy de vacaciones, en la práctica no es totalmente así.
En la mañana de la primera jornada, tuvo que asistir al periódico a puntualizar varias tareas a quienes suplen mi puesto por 15 días.

Tanto editorial como organizativa y administrativamente estuvieron las precisiones sobre la mesa de trabajo, con el interés que no ocurran anormalidades.
Como siempre hay confianza total en la reserva de cuadro, que reiteradamente ha mostrado fidelidad y responsabilidad en el desempeño de las tareas.
Otro tiempo he dedicado al chequeo y seguimiento a lo que divulga en la página web institucional y en las redes sociales.
Esa práctica cotidiana es muy difícil que se pueda apartar por 15 días, y por eso desde la segunda redacción, en la casa, he tenido presencia mañanera en Twitter y FB, con materiales del acontecer en Las Tunas.
El primer material de la web personal del actual mes, lo elaboré en la primera jornada de descanso, lo cual reafirma que el descanso es relativo, pues el periodista nunca se va de vacaciones, por la permanente necesidad de comunicar o trasmitir mensajes a lectores o internautas.
Lo ocurrido en  la primera jornada no es anormal en mí, pues no puede estar ausente del palpitar informativo local, nacional e internacional.
Aunque deje de la mano a mi sustituto para que afiance la preparación en la responsabilidad de mi cargo, cuando haya que trasmitirle o sugerirle cualquier cuestión estaré al tanto y presto para eso.
De antemano hay confianza en el relevo, por lo que no constituye una preocupación que no me deje descansar.
La clave está en que el periodismo nunca coge vacaciones, y quienes lo llevamos en la sangre, siempre estamos al tanto de lo que ocurre, aunque estemos en un juego de dominó, la playa, la piscina o cualquier otra manifestación recreativa.



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