Con la
llegada del Período Especial en tiempo de paz, en respuesta al estrechamiento
de las relaciones económicas de Cuba con el resto del mundo con la caída del campo socialista y la Unión Soviética, hubo que apelar urgentemente
a la concepción del autoabastecimiento agroalimentario municipal y provincial
como estrategia para garantizar la dieta de la población en cada localidad, sin
tener que esperar por grandes suministros de mercancías desde otras provincias
o la capital de la nación, con cuantiosos gastos de recursos y complicados traslados.
El concepto vinculaba
aspectos económicos y defensivos, contenidos en los principios básicos de la filosofía
de la Guerra de Todo el Pueblo, con preponderancia para la eficiencia de la
tarea y la aplicación de iniciativas territoriales, pasando por el incremento en
la sustitución de importaciones.
En los
municipios de Las Tunas se desplegaron las acciones correspondientes con
determinados logros, pero condiciones objetivas y subjetivas no permitieron el
establecimiento pleno del objetivo.
Hoy, cuando
se revive la estrategia refrendada entre las tareas básicas de la actualización
del modelo económico y social de la nación, la provincia puede avanzar con
mayor solidez para lograr la sostenibilidad y la prosperidad del socialismo,
que se plantea el país.
Una de las
fortalezas radica en la puesta en marcha de más de 30 polos vianderos, que en
alianza con las demás formas productivas estatales, cooperativas y privadas, conforman
un bastión decisivo para el incremento de la producción, que constituye la base
fundamental en la tarea.
La
eficiencia y la planificación deben reinar en la amplia cadena de producción, contratación,
comercialización y distribución, necesaria para hacer realidad el sueño, sobre
suministro estable a mercados y placitas con precios asequibles a la población
de los ocho municipios, y de tal manera darle feliz conclusión a las ferias de
fines de semana para amortiguar los cíclicos desabastecimientos.
Aunque cada
municipio requiere una proyección particular por sus respectivas
características, la capital merece un estudio más detallado por ser la ciudad
más poblada y poseer más instituciones, lo cual requiere de mayores
suministros.
Para
alcanzar el éxito definitivo el sistema de la Agricultura y otros organismos
relacionados con la tarea deben perfeccionar sus mecanismos para estimular a
los productores, eliminar trabas, resolver los atrasos en los pagos, evitar las
pérdidas en picos de cosechas como tomate, pepino, col, mango, fruta bomba,
guayaba y otros renglones, que pueden procesarse en industrias y centros de
elaboración y posteriormente distribuirse en conservas.
En el
despliegue de acciones, merece un capítulo especial la programación escalonada
de los cultivos para lograr la diversificación ansiada de los renglones acorde
con las características y las necesidades de cada municipio.
Se habla de
imprescindibles ofertas en cantidad y calidad para resolver definitivamente las
crecientes necesidades de la población en viandas, hortalizas, frutas, granos y
condimentos. sin descartar la intención de progresar en la comercialización de
carne de cerdo, ave y ganado menor, y apelar a fórmulas que estimulen el aumento
de la carne de res en el mercado.
Hablamos de
un proceso ascendente para la desaparición paulatina de las insatisfechas alimentarias de la población, que
a la vez amplia las sendas vitales para conquistar anhelos como la venta
liberada de leche y aumentar sus derivados, crecimientos en la producción de
alimento animal, rescate de variedades casi exóticas como ñame, malanga,
garbanzo, frutas y otras, que pueden entronizar en el despliegue del turismo, el
fortalecimiento de la asistencia social, el incremento de las exportaciones y
la sustitución de importaciones, que en su conjunto tributarán al desarrollo
local y nacional.
Como nunca
hace falta pensar y proyectar en grande, teniendo en cuenta todas las potencialidades
para alcanzar el ansiado escalón de la satisfacción alimentaria de manera
estable.
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