Quizás no conozcas la tradición oriental que se desliza tras los festejos carnavalescos, presentes actualmente en el Carnaval Las Tunas 2011, del 22 al 25 de septiembre, al estar presentes cuantiosos visitantes de diferentes provincias en compañía de los tuneros, tanto de día como de noche.
Sí, unos están amenizando las fiestas con diferentes manifestaciones artísticas y otros se confunden entre los diversos cuentapropistas que ayudan a las amplias ofertas de comestibles.
Se pueden encontrar santiagueros en la carroza de hombres, que la integran personas a pie conduciendo vistosos y livianos aparatos, en la cabeza del desfile de comparsas, carrozas, congas y muñecones que cada noche, desanda por las avenidas 30 de Noviembre y 2 de Diciembre.
Algo así como una especie de invasión de ciudadanos de territorios vecinos puede encontrarse frutas exóticas como pera, manzana y uva, sombreros e innumerables formas de ofertar alimentos ligeros y comidas criollas.
Puede decirse que la gama de objetos artesanales se mezclan agradablemente con la amplia presencia de las producciones de los tuneros.
Los anuncios de las pizzas del aledaño Camagüey distinguen los puestos a todo lo largo de las 25 áreas habilitadas en la ciudad, quizás en competencia con los vendedores de uva que han llegado desde el sur de la hermana provincia de Granma.
Los anuncios de las pizzas del aledaño Camagüey distinguen los puestos a todo lo largo de las 25 áreas habilitadas en la ciudad, quizás en competencia con los vendedores de uva que han llegado desde el sur de la hermana provincia de Granma.
Sin enumerar la lista completa de variantes, intencionalmente dejé para último a los tuneros ausentes por cumplir tareas en otros territorios o asentarse definitivamente en ellos por voluntariedad o integración familiar, y que ahora visitan a sus allegados para recordar y guarachar afablemente entre los suyos, vecinos y amigos.
En cualesquiera de las posiciones, alegre y gustosamente acompañan a los lugareños de los ocho municipios de la provincia, en el tradicional y contagioso convite, que mantiene a un gran público sin dormir ni descansar, por estar de campana a campana durante las 24 horas de cada día.
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