Queda atrás el descanso en el fin y en el comienzo de años, y los trabajadores cubanos volvemos a nuestros respectivos puestos con la convicción de que tenemos en el 2012 muchos apremios y retos para seguir adelante.
El recuerdo guarda los gustados momentos para degustar deseadas comidas tradicionales y bebidas en familia. El cerdo asado en compañía de congrí oriental, yuca hervida con variadas combinaciones de ensaladas, estuvieron en la preferencia de la mayoría.
El implacable transcurso del tiempo me devuelve a la vida laboral con una enorme carga de sueños, emparentados con la esperanza de vida que ofrece la seguridad del autóctono sistema político cubano.
Las metas profesionales y personales se me agolpan en medio de ideas, que atino a mezclarlas con el propósito de alcanzarlas con renovados esfuerzos para salir adelante.
Como yo, los más de 538 habitantes de la oriental provincia de Las Tunas tenemos el compromiso de trabajador duro para contribuir a la actualización del modelo económico y social de la nación.
Por eso, hemos retornado a los puestos con nuevos bríos, que trascienden en el recibimiento al 2012 con la convicción de que constituye el segundo año del rescate de los planes quinquenales, esta vez del 2011 al 2015, con la aplaudible intención de incrementar la planificación como estrategia insoslayable en la economía.
Aunque mi profesión me obligó a trabajar en todos los días de descanso concedidos por el Estado, de ahora en adelante lo haré con mayor intensidad, como lo exigen los actuales tiempos.
Realizar un periodismo de mayor calidad y apego al pueblo como lo ha pedido Raúl, está sobre el tintero de mi buró y figura en la estrategia que guardo con amor en la computadora; cuestión que se ramifica en cada uno de los colegas del colectivo del periódico 26, en sus versiones digital y en el semanario matutino de los viernes con ocho páginas, una tirada de 34 mil 800 ejemplares en cada edición y un abarcador contenido temático con énfasis en el múltiple y consagrado quehacer de los tuneros.
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