sábado, 16 de mayo de 2015

Como el ir y venir de las olas


Con la celebración en Las Tunas de las actividades centrales por la XIII Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, la población se mostró como el ir y venir de las olas.
Lo estimo así, porque  los afines se sintieron estimulados, los comprometidos con hacer cumplir la política del Estado, lo aseguraron todo incluyen la participación; otros se acercaron a los escenarios para evaluar las cosas y los opuestos siguieron expresando insultos por considerar que se hace demasiada promoción.

Realmente se cumplió la variada y amplia programación con las ciudades de Las Tunas y Puerto Padre, como sedes, y entre desfiles, discursos, conferencias, intercambios y actividades culturales, en diversos escenarios, ayudaron a abrir puertas para que el asunto se vaya viendo cada vez más normal a nivel de sociedad. En eso tuvo mucha influencia la presencia de la doctora Mariela Castro Espín, jefa del programa nacional sobre la sexualidad.
Como todo en la vida, unos andan más veloces en la asimilación o aceptación de los cambios y a otros se cuesta más tiempo o nunca los asumen.
No se trata de que existan segmentos poblacionales impulsores de la igualdad de género y otros la consideren como una degradación social.
Como es un asunto de tantos tabúes, no se puede esperar que todo el pueblo acepte de buenas ganas las manifestaciones públicas de amores entre individuos del mismo sexo.
De algún tiempo a la fecha, van creciendo los grupos de ciudadanos cubanos involucrados públicamente o a favor de la igualdad, pero otros siguen opuestos. Es un asunto que durará años para que se nivelen los criterios sobre el creciente fenómeno social. .
A los oponentes no se puede pedir que cambian sus puntos de vista de la noche a la mañana, pues necesitan de largas reflexiones e intercambios más argumentados sobre  variaciones de las costumbre de ver las parejas de hombres y mujeres; aunque comprenden que siempre en el país solapadamente han existido prácticas sexuales entre individuos del mismo sexo.
Quienes se oponen no sienten desprecio por las personas afines, sino que no ven con buenos ojos las manifestaciones amorosas en público o la creciente divulgación por los medios de difusión y otras vías. 
No estamos ante un asunto de vida o muerte, sino de un fenómeno real que se va imponiendo como otras prácticas normales del desarrollo.de la sociedad.
 A ciencia cierta, ahora los tuneros estamos más preparados sobre el asunto, aunque siguen las lógicas rivalidades entre los criterios, sin que conspiren contra la lucha común porque la sociedad avance hacia estadios superiores en bien de todos. .


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