Al quedar constituidas este
miércoles las ocho asambleas municipales del Poder Popular en Las Tunas, como en el resto del país, sus
integrantes juraron serles fieles a la Patria.
Considero que cuando
firmaron el Juramento lo estaban haciendo por ellos y el resto de la ciudadanía,
en particular por los representantes de sus respectivas circunscripciones.
Mi delegada estaba en ese
grupo y como todos apostaron por el fortalecimiento de la democracia en Cuba,
que es una de nuestras sagradas banderas.
Con la rúbrica del JuJuramento por el bien de
todos
se comprometieron cumplir estrictamente lo dispuesto en la Ley Electoral, que en su
articulado dispone las normas establecidas.
En ese compromiso estaba
evadir cualquier elemento de fraude, en contraposición de lo que ocurre en
muchas partes del mundo, donde la corrupción parece un salvo conducto.
En nuestra provincia, donde
hay tradición de fidelidad a la
PATRA, los órganos de Gobierno constituidos para dos años y
medio de mandatos, están compuestos por 674 delegados, elegidos
democráticamente en las votaciones del 19 y 26 de abril.
Claramente, estamos en
presencia de algo que se ha hecho tradicional en Cuba, donde las acciones fundamentales
están dirigidas a fortalecer todos los engranajes de la sociedad en bien de
todos.
La mayoría del pueblo reacciona positivamente
en el cumplimiento de este proceso, porque comprende que lo hace para continuar
mejorando en general y en particular.
Por eso, se juró para hacernos
más fuertes como sociedad tanto para seguir los triunfos como para enmendar los
errores, y así continuar fortalecimiento nuestra autóctona obra.
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