Pese a las infundadas
campañas de los enemigos de Cuba sobre las supuestas violaciones de los
derechos humanos en la Mayor de las Antillas, los cubanos tenemos la enorme
satisfacción de vivir en paz por el soberano y autóctono proceso revolucionario
que llegó al poder el primero de enero de 1959, bajo la guía de Fidel Castro
Ruz. Las ventajosas diferencias con el mundo pueden palparse en cualquier
lugar. Este día 10, tan
halagado en el orbe para buscar transformaciones sociales, en este país no es
alarma.
Las Tunas, tierra casi
olvidada en los confines del oriente antes de 1959, con la Revolución comenzó a
tejer una historia diferente para beneficio de sus hijos, que ya rebasan los
530 mil, y cinco de sus cabeceras municipales alcanzaron la condición de Ciudad.
Sin excepción de raza,
credo y posición social, se abrieron las puertas de las posibilidades para la
vida con educación y salud gratuitas.
Poco a poco el territorio
fue ampliando el desarrollo económico y social con nuevas fuentes de empleo, la
eliminación del analfabetismo y un nuevo modo de vida.
Con el empeño de sus
habitantes y los programas puestos en prácticas por el Estado, como en el resto
del país, la geografía tunera transformó su imagen campestre, adueñada por la
agricultura y la ganadería. Ahora ambas mantienen la prioridad, pero no casi
exclusivas por el ascenso y la diversificación de las industrias, algunas de
ellas con renombre nacional como Acinox, estructuras metálicas, salinera,
muebles y derivados de la caña.
Los tuneros pudieron
tener hospitales para no tener que morir por enfermedades curables o no
trasladarse hasta la capital a buscar para curarse de muchas dolencias.
Al igual que en La
Habana se pueden encontrar las sonrisas de los niños en escuelas, círculos
infantiles, parques, plazas, teatros y demás espacios de la vida, al igual que
el ímpetu de los jóvenes y la creación de la población en general.
Como algo singular puede
hablarse de los miles de tuneros graduados universitarios, másteres y doctores
en distintas especialidades. Además de contar por primera vez con universidades,
cuestiones que en el paso formaban parte de los sueños de los tuneros más
encumbrados.
Concretamente, son tanto
las mejoras, que muchas veces transcurren como cuestiones comunes a la vista de
todos.
No obstantes, conspiran
contra el desarrollo las limitaciones económicas de la nación, causas por el
férreo bloqueo de Estados Unidos, la crisis
económica mundial y elementos de insuficiencias en las gestiones internas.
Dentro de poco, el
primero de enero, los cubanos celebraremos dignamente el aniversario 59 del
triunfo de la Revolución, con satisfacciones por la gigantesca obra económica, política
y social, y con el reto de consagrarnos cada vez más para impulsar el desarrollo
y el bienestar.
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