El cerdo
asado con las guarniciones predilectas (congrí. ensalada, yuca, casabe, mojito)
completan la tradición cubana en la cena de fin de año, con la compañía de cerveza, ron, champan, vino, licor, según
el gusto de cada cual.
Mi familia escogió
el cerdo asado en horno con congrí, ensalada mixta, yuca hervida y la cerveza
cristal, como en muchos hogares de Las Tunas.
Mientras los
perniles se cocinaban a fuego lento con carbón vegetal, el juego de dominó con rondas
de cervezas animaban la hermosa tarde en familia.
En todas las
casas de los alrededores de mi vivienda, la gritería de cerdos levantaron bien temprano
a las familias. Algo parecido se repetía por los barrios.
Había
suficientes motivaciones para festejar por la despedida del 2017 y el
advenimiento del 2018.
Algo
parecido transcurría a la media noche, cuando las familias y las amistades por
diferentes vías se cruzaban felicitaciones y deseos de prosperidad en el Año
Nuevo.
Volvían los
recuerdos de media noche con tiradera de cubos de agua para la calle o recorrer
cuadras con maletas en señal de pedir deseos. Mientras, unos lo hacía otros se
paraban en postales o aceras para atisbar el movimiento de los vecinos. Otros
optaron por quemar monos de trapo.
Evidentemente,
las mejores tradiciones cubanas hicieron acto de presencia en las familias
cubanas, que festejaron a sus anchas.
Entre cenas,
bebida, música, baile, juego, algarabía y otros gestos de alegría mostraban una
semblanzas popular en Las Tunas.
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