lunes, 4 de febrero de 2019

Desafíos ante complejidades económicas


Frente a las actuales complejidades económicas del país deben ser superiores las acciones mancomunadas de organismos, organizaciones y la población para contrarrestar manifestaciones de corrupción, ilegalidades e indisciplinas sociales, en beneficio de la seguridad y la tranquilidad ciudadanas de los tuneros.



Aunque el orden público ha sido una premisa de la Revolución cubana, la complicada coyuntura de la economía, agravada por limitaciones financieras y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, no admite vacilación en el enfrentamiento a cualquier hecho que intente alterar la convivencia humana en los distintos escenarios de la provincia.
Por eso, no hay que esperar por la presencia de las autoridades competentes para que el pueblo les troche el paso a individuos que quieran lucrar con los bienes estatales o desordenen actividades públicas.
No deben quedar impunes los casos que se detecten de desvíos de recursos,  ni tráfico de influencia, especialmente en giros relacionados con alimentación, aseo y el resto del grupo de bienes considerados de primera necesidad, que encabezan los desestabilizados en los mercados. En esta cuestión administradores y vendedores de las unidades deciden en el expendio con determinadas regulaciones para que las ofertas de mercancías alcancen para la mayor cantidad de personas posibles, y con eso disminuir alborotos y frenar maltratos en las colas por acaparadores que solo les interesa adquirir productos para enriquecerse ilegalmente con la “bolsa negra”.
Los ojos avizores deber tener superior incidencias en las tablillas con precios enmascarados y pesajes inferiores a lo previsto en puestos de privados, porque  ocultan mecanismos contrarios a los bolsillos de los compradores.
En el combate por mejoras en las satisfacciones populares, en Las Tunas requiere fortalecimiento la atención a la clientela en unidades estatales, cooperativas y particulares, a fin de disminuir motivos para malestares en la población. Parecida compostura demandan los servicios de salud, farmacias, transportación de pasajeros, comercio y gastronomía, talleres, oficinas de trámites y en el resto de los lugares encargados de atender a la población.
Otro asunto que reclama más rigor en compete al trabajo para contrarrestar el robo en establecimientos y hogares, con énfasis en el hurto y el sacrificio de ganado mayor por la enorme repercusión.
La ofensiva contra anomalías abarca a los maltratos de la propiedad social, violaciones de la higiene comunal, desordenes en lugares públicos, música estridente en centros, viviendas, bixitasis y coches; despilfarro de agua potable, luminarias encendidas por el día, circulación nocturna de vehículos sin luces y la conducción en estado de embriaguez o a exceso de velocidad,  
Entre los aspectos necesitados de acciones más enérgicas para evitar males mayores figuran la rehabilitación, mantenimiento y construcción de obras; animales sueltos en distintos escenarios, deambulantes sin protección de sus familiares, juegos prohibidos en comunidades, ordenamiento territorial y urbanístico, altos ruidos en los barrios, vertimiento de  desechos sólidos en sitios inapropiados, palabras obscenas en alta voz y tránsito de personas sin camisa por lugares públicos.
Mientras mayor sea el saneamiento de actividades indeseadas, habrá más posibilidades para que la ciudadanía resuelva sus habituales gestiones con menores niveles de incomodidad, aprieto y desespero. Así, serán mejores las condiciones para trabajar y vivir, sin detener ni retroceder en los programas de desarrollo integral y de bienestar común.



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