domingo, 16 de enero de 2011

A tono con el momento


Quizás me comprendas cuando reafirmo que las reiteradas ideas del General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, acerca de lo que se debe hacer para la actualización del modelo económico cubano tienen coherencia conceptual con las esbozadas en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social de la nación y en el proceso de disponibilidad laboral en el sector estatal.
 Argumento que por eso en los actuales momentos  individual y colectivamente ahondamos en la concatenación de tres palabras de enorme alcance en el presente y en el futuro de los cubanos.
Preciso que ellas guardan estrecha relación y pretenden articularse en un mismo sentido en el criterio y en la actuación de la mayoría, pues en las  condiciones actuales para continuar avanzando en la construcción del socialismo, tenemos que reflexionar con mayor agudeza sobre la sociedad que necesitamos, queremos y podemos.
Agrego que los cubanos de buena voluntad y fidelidad a la Revolución Cubana, interpretamos correctamente que no son vocablos rebuscados ni con bonito sonido, sino que encierran con exactitud el comportamiento que debemos asumir ante las realidades de la economía para responder al ascendente desarrollo, sin la mediación del triunfalismo y el voluntarismo a toda costa y a todo costo, frente a las complejidades internas, agravadas  por la influencia del convulso mundo exterior.
A nuestros conceptos es comprensible que cubanos necesitamos armonía y holgura en las aspiraciones y en las concreciones para la ampliación constante de las mejorías familiares y  sociales. Ahora no son posibles, muchas de las facilidades o las comodidades en los más de 50 años de Revolución y que se incorporaron a la cotidianidad de la vida, sin que siempre se supiera con exactitud el costo ni la correspondencia con el aporte personal.
Te digo que por esa cuerda de ideas Queremos seguir bien y avanzando, sin tropiezos ni trabas para reforzar la satisfacción cada vez más creciente de las necesidades materiales y espirituales.
Prosigo argumentándote que nosotros, parados frente a las presentes competencias de la economía de Cuba, interpretamos con claridad que la definición de podemos, sugiere meditación más profunda, empezando por la compresión de las probabilidades de las riquezas materiales para proteger al desarrollo y no proyectarlo a ciegas o desconociendo su papel en la base de la sociedad. Entonces, entra en juego la responsabilidad individual y colectiva ante cada tarea vinculada con la imprescindible creación de bienes para no detenernos ni retroceder.
Oh, no es una cuestión de regodearse en conceptos y en criterios, sino de la interpretación de las circunstancias del momento, que cambian o modificación determinados patrones en el desenvolvimiento de la vida, creados al calor de la noble y gigantesca obra de la Revolución en beneficio de todos.
Bueno, las nefastas consecuencias de la crisis económica global y la influencia del recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba deciden en el quehacer de la Isla y se suman a insuficiencias internas que han lastimado algunos ángulos del crecimiento sostenible de la nación.
Te reitero que los cubanos reforzamos las acciones para tener más en cuenta las reiteradas advertencias de Raúl de que en el ahorro tenemos nuestras mayores divisas para desarrollarnos y que nadie puede gastar más de lo asignado a las gestiones productivas, de servicios o presupuestadas.
Puedo afirmarte que no se ha cerrado ningún camino que conduzca al futuro mejor que aspiramos, sino que las sendas para ascender tienen más en cuenta el papel de la economía para cada desempeño de la sociedad.



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