viernes, 20 de mayo de 2016

Escasez de agua acrecienta dificultades

Hace unos cuantos años, que una sequía cíclica se ha adueñado del territorio de la oriental provincia de Las Tunas, convirtiéndola así en la de menores precipitaciones en Cuba.

De tal manera, los tuneros se han visto obligados a buscar constantes alternativas para enfrentar las cuantiosas afectaciones en todos los ámbitos sociales.
En la recta final de mayo, uno de los llamados meses lluviosos en el país, en el oriental territorio las lluvias se han presentado esporádicamente y con pobres escurrimientos hacia los embalses, que actualmente se encuentran alrededor del 22 por ciento de llenado de su capacidad.
Lo anterior significa que en la capital se distribuya el líquido tres veces a la semana y en algunas de las restantes cabeceras municipales sea con superiores días, y en todos los casos con horarios más limitados que los habituales.
Como consecuencia de la estrechez acuífera, ya alrededor de 143 mil personas,  de unas 470 comunidades reciben el agua potable a través de pipas, gracias a la acertada cooperación entre organismos y cooperativas.
Ya se reporta que de enero a abril, en la agricultura se ha dañado el 24 por ciento de la producción, lo cual repercute negativamente en la distribución de cientos de toneladas de alimento a  la población y en el esfuerzo para rebajar los precios de las mercancías.
Otro tanto ocurre en la ganadería, que ya buena parte de la masa recibe el agua en pipas, las áreas presentan disminución en los pastizales y en las reservas alimentarias, frente a la escasa siembra de primavera.
El medio ambiente en sentido general soporta las constantes afectaciones por la enorme acumulación de daños, incluyendo los incendios forestales y en las áreas de pastos.
Frente a todo eso, los sectores agropecuario y cañero de Las Tunas son los menos beneficiados del país en cuanto a las áreas cultivables bajo riego, lo cual incide notablemente en los rendimientos y la estabilidad de las cosechas.
El conjunto de calamidades por la acumulación de los efectos por la prolongada sequía, obliga a constantes búsquedas de alternativas para tratar de no frenar el desarrollo integrar de la provincia ni el bienestar de la población.
Entre esas medidas puestas en práctica se encuentran el reforzamiento de los planes de ahorro de agua en centros laborales, cooperativas e instituciones, la construcción de pozos criollos, mejor uso del regadío, fortalecer las acciones de mantenimiento y  reparación de tuberías  y priorizar las inversiones como la conductora, que se construye en el norte de la provincia por más de 20 millones de pesos y que beneficiará a unas 25 mil personas en los municipios de Jesús Menéndez y Puerto Padre. También está presente el máximo aprovechamiento de los momentos con humedad para impulsar las siembras en todos los ámbitos, especialmente los cultivos varios para tratar de afectar lo menos posible el abastecimiento alimentario a la población







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