Hoy, 17 de
mayo, cuando se cumplen los aniversarios 57 de la programación de la Primera Ley de Reforma Agraria en Cuba y el 55 de la constitución de la Asociación de
Agricultores Pequeños (ANAP), todos en la nación estamos de celebración de una
u otra maneras.
Así de sencillo, porque es muy difícil de
encontrar a lo largo del país, alguna familia que no tenga algún pariente en el
campo, como dice una popular canción del destacado compositor Adalberto Álvarez.
Y aquel que
no tenga descendientes en la campiña, se incluye en la mayoría de la población,
que la alimentación agropecuaria proviene básicamente de los campesinos.
A veces los
más pueblerinos por puritos, quieren esquivarse de algunos de sus orígenes,
aunque lo lleven en la sangre.
Lo más común
es que la gente exponga con orgullo y espontáneamente sus conexiones con la
gente del campo.
En sentido
general, con el triunfo de la Revolución el campesinado ha dado un vuelvo de
180 grados, pues aquellos que no son propietarios, están vinculados en
cooperativas o usan la tierra en usufructo. Gozan de las gratuidades en
Educación y Salud, la tranquilidad ciudadana y otros beneficios comunes en la
nación.
De tal
manera, que es una fecha de festejo para el campesinado, que han visto
desaparecer la opresión del capitalismo y cada vez se tiene en cuenta para
llevar adelante las transformaciones de la nación, donde se materializa el
pensamiento martiano:”Con todos y para el bien de todos”.
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