Los
atributos del 26 de Julio se proyectan por los distintos confines de la
geografía tunera, y promueven diversas maneras de impulsar el motor grande del
desarrollo y del bienestar.
Las expresiones
de los 63 años del asalto a los cuartes Moncada y Carlos Manuel de Céspedes por
la Generación del Centenario que no quería que muriera la obra de José Martí, con la guía de Fidel Castro Ruz, confirman
la valía de un proceso que suma multitudes y marcha adelante con todos y para
el bien de todos, en lucha para cambiar el pasado de oprobio.
Su rostro
aparece en cada tarea para impulsar los planes técnico-económicos, terminar o
reanimar obras, la prestación de múltiples servicios, la Educación, la Salud,
la Seguridad Social, la tranquilidad ciudadana o la sonrisa de niños y
adolescentes.
Tiene la
posibilidad de andar en la alegría de ancianos por la nueva casa de abuelos, en
las familias que reciben las llaves de sus viviendas, en las posibilidades de los
atletas de ganar medallas de oro en olimpíadas o el artista que conquista relevante
premio por una destacada obra cultural a nivel nacional o internacional.
Cada
escenario muestra la vida misma con reflejos individuales y colectivos, en un
pueblo que aporta actitudes y aptitudes en constantes desafíos hacia el
porvenir.
Sin apartar
las limitaciones económicas, las masas van y vienen sin desespero y con mucho
optimismo
Junto a los
nuevos horizontes y los sectores estratégicos para el desarrollo apuntalan a los
frentes, que siguen como potentes horcones en la multitudinaria obra general.
A ritmo de
26 el pueblo tunero aviva los ánimos, embellece el entorno y se proyecta con
amor y fe hacia la conquista del socialismo próspero y sostenible que se
plantea construir el país.
Y con
espíritu de victoria atrapan el simbolismo del Día de la Rebeldía Nacional,
enarbolan las banderas del patriotismo por Cuba y se funden en efusivas felicitaciones
a Fidel por su cumpleaños 90.
No hay comentarios:
Publicar un comentario