Aunque se han
restablecido los servicios eléctricos y telefónicos y se han retirado cuantiosos
volúmenes de basura, todavía muchos trabajadores y familiares se encuentran en
zafarrancho de combate contra las afectaciones de las tormentas locales severas del martes en las ciudades de Las Tunas y Amancio.
A las zonas
céntricas se han devuelto el esplendor higiénico, pero en las periféricas sigue
la recogida de hojas y ramas de árboles y otros desechos.
Techos de
viviendas e instituciones continúan recibiendo restauraciones; mientras, los
derrumbes totales de hogares esperan por los cálculos definitorios de los cuantiosos
daños y las correspondientes asignaciones
de materiales para las construcciones.
La labor de
corte y traslado de la madera aprovechable en aserríos y en leña continúa en viviendas
e instituciones de diversos repartos.
Como en las
zonas urbanas de la provincia de Las Tunas abundan las arboledas de árboles
frutales, es lastimoso el embate de los vientos contra las matas de mangos, que
están en proceso de maduración; no obstante, los frutos aprovechables se utilizan en jugos, batidos y dulces
caseros.
En mi andar
por distintas partes de la capital, aprecié los cuantiosos destrozos , pero me
condolió sobremanera la devastación en el motel Los Pinos, donde se
desprendieron tejas de cinc de techos de cabañas, restaurante, teatro, área de
fuegos, baños, tienda y otros espacios, con la correspondiente afectación por
humedad a muebles y otros recursos. En el contorno árboles maderables y
frutales fueron al piso. Mucha madera se puede usar, pero se perdió buena cantidad de mango que estaba etapa de
crecimiento.
Desde el
paso de los huracanes Ike y Paloma por la provincia en el segundo semestre del
2008, los habitantes de las ciudades de Las Tunas y Amancio no sentían tanta
furia de los vientos. Y por consiguiente, el dañino impacto en varios frentes
económicos y sociales.
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